Consiguen recuperar ADN intactos de molares de mamuts hallados en Colombia
Por primera vez en el país, científicos nacionales recuperaron ADN mitocondrial de un mamut colombino (Mammuthus columbi), originario de la Cuenca de México, cuyo estudio descubre una marcada diferencia genética entre los ejemplares de Estados Unidos y Canadá respecto a los mexicanos, un hallazgo de relevancia para la historia evolutiva de las especies de América.
Lo anterior se logró a partir de un estudio de
paleogenómica, el cual analizó 83 muestras tomadas de molares de mamuts
colombinos, descubiertos en las excavaciones de los terrenos del Aeropuerto
Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y en el yacimiento de Tultepec. El material
genético se extrajo con éxito en 64 de las muestras, lo que representa 77 por
ciento.
Adicionalmente, se obtuvo el genoma mitocondrial en
61 de las 64 muestras de ADN, en 28 de estas con alta profundidad de cobertura,
lo que permite realizar inferencias filogenéticas de alta calidad: “Un
resultado extraordinario”, define el genetista Federico Sánchez Quinto, líder
del grupo de Paleogenómica y Biología evolutiva del Laboratorio Internacional
de Investigación sobre el Genoma Humano, UNAM, Campus Juriquilla, en Querétaro,
donde se realizó la investigación, junto con un equipo interesado en aplicar la
paleogenómica para entender la historia evolutiva de organismos que habitaron
el territorio que hoy ocupa México, como la megafauna, y las razones de su
extinción.
La riqueza de fósiles en buen estado de conservación
hallada en terrenos del AIFA y en Tultepec ha permitido dicho alcance
científico, con estudios nunca antes aplicados en México, en la mencionada especie,
destaca el investigador.
En entrevista, luego de participar en el ciclo de
conferencias del Consejo de Paleontología del Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH), órgano de la Secretaría de Cultura federal, el
científico explicó que se logró hacer una captura enriquecida del ADN
mitocondrial: “En lugar de centrarnos en todo el material genético que
recuperamos de las 64 muestras, utilizamos sondas específicas que capturaron el
ADN mitocondrial en 28 muestras, a alta profundidad de cobertura, es decir, el
genoma de la madre, el cual provee de información filogenética del origen
evolutivo de estos animales. El resultado que arrojó es una marcada diferencia
genética entre los mamuts colombinos de Estados Unidos y Canadá, respecto a los
de la Cuenca de México”
El mamut colombino, explica, fue el único endémico
de América; llegó de Eurasia hace 1.5 millones de años, en la forma de mamut de
la estepa y, eventualmente, evolucionó al colombino, de modo que, hace
alrededor de un millón de años, ya existía el mamut con las características del
colombino.
“En cuanto a datos genéticos, lo que sabíamos era
solo a partir de muestras obtenidas de fósiles hallados en Canadá y Estados
Unidos, y con esos datos se asumió que toda la variación genética de la especie
estaba representada en dichas muestras, a pesar de que se han descubierto
restos del colombino desde Norteamérica hasta Costa Rica, por lo cual, era
necesario realizar un muestreo genómico geográficamente más amplio”.
Sánchez Quinto detalla que, en las 28 muestras de
ADN mitocondrial de alta profundidad de cobertura se observaron tres subclaros
(variación genética), y que el ancestro común de cada subclaro es bastante
antiguo: “Eso quiere decir que estos linajes eran muy distintos entre sí”.
El ancestro común del subclaro uno, abunda, vivió
hace 80,000 años, mientras los correspondientes a los subclaros dos y tres,
hace 283,000 y 243,000 años, respectivamente. Asimismo, en cinco muestras de
estos tres linajes se hicieron dataciones por radiocarbono y al estudio se agregaron
las dataciones genéticas de las otras 23 muestras con alta profundidad de
cobertura.
“Los resultados indican que los 28 mamuts estudiados
habitaron la cuenca hacia el final del Pleistoceno, entre 13,000 y 15 a 16,000
años, cerca de la fecha en que se extinguió la megafauna en el mundo, durante
el Último Máximo Glacial. En la Cuenca de México el registro fósil del mamut
llega hasta hace 12,000 años, por lo que es fascinante que aquí, hacia el final
del Pleistoceno, vivieran tres linajes diferentes y, probablemente, hayan
cohabitado.
“En resumen, el estudio muestra que, a partir del
árbol filogenético, descubrimos, al menos, dos orígenes migratorios diferentes
del mamut colombino en América, y que en la Cuenca de México estamos
identificando distintos linajes en un mismo sitio. Inicialmente, se había
pensado que las migraciones de estos animales debieron ocurrir en un evento
sencillo, del cual se habría poblado el continente, pero estos resultados
indican que pudieron ser diferentes migraciones hacia América. Es sorprendente
que estamos obteniendo datos genéticos en sitios donde nunca imaginamos”,
expone el genetista.
Los datos de la investigación de los fósiles del
AIFA y Tultepec cambian el paradigma y colocan a México en el mapa de los
estudios de la historia evolutiva de especies en nuestro continente; también,
demuestran la importancia de hacer muestreos en distintas latitudes, poner los
ojos en otros países donde hubo presencia de la especie, para completar la
historia evolutiva en América, finaliza el científico. Los resultados del
estudio se enviarán a una revista indizada con arbitraje internacional, para su
revisión y publicación en un artículo científico.
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