Una señal imperceptible recorrió la Tierra antes de la gran erupción de Tonga
El 15 de enero de 2022, el volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha'apai protagonizó una de las erupciones más intensas jamás registradas en la historia moderna. La explosión fue tan colosal que su columna de ceniza alcanzó los 58 kilómetros de altura, llegando a la mesosfera en tan solo media hora. Este evento catastrófico no solo destruyó la isla homónima y cubrió de cenizas a Tonga, sino que forzó evacuaciones masivas y cobró la vida de decenas de personas.
Sin embargo, los científicos han descubierto
recientemente un fenómeno asombroso que ocurrió momentos antes de la explosión.
Una señal sísmica, conocida como onda Rayleigh, recorrió la superficie de la
Tierra 15 minutos antes de la erupción, sin que los seres humanos pudieran
percibirla. Esta onda fue captada por sismómetros en Fiyi y Futuna, situados a
unos 750 kilómetros del volcán, y se trata de la primera vez que una onda de
este tipo se asocia a una gran erupción volcánica submarina. La señal podría
abrir una puerta al desarrollo de sistemas de alerta temprana para estos
eventos.
La importancia de la onda Rayleigh
La onda Rayleigh es común en terremotos, pero esta
es la primera vez que se detecta antes de una erupción volcánica submarina de
tal magnitud. Los investigadores de la Universidad de Tokio, responsables de
este hallazgo, creen que el monitoreo de estas ondas podría convertirse en un
método revolucionario para prevenir erupciones, lo que permitiría proteger mejor
a las poblaciones en riesgo.
En su estudio, los científicos explican que la onda
Rayleigh se propagó sin que hubiera actividad volcánica visible, lo cual
sugiere que podría servir como una señal de alerta temprana. Según los
expertos, si se pudieran detectar estas ondas en tiempo real, sería posible
anticipar eventos volcánicos catastróficos, permitiendo la evacuación y preparación
de las comunidades.
La onda Rayleigh fue causada por una fractura en la
corteza oceánica debajo del volcán, que permitió que el magma entrara en
contacto con el agua del mar. Esta interacción generó una presión inmensa que
acabó desestabilizando la estructura volcánica. Finalmente, el terreno colapsó
sobre el magma, lo que desató la gigantesca erupción que devastó Tonga.
Este hallazgo ofrece una perspectiva sin precedentes
sobre cómo se pueden identificar señales precursoras de erupciones. Aun así,
según Mie Ichihara, coautora del estudio y vulcanóloga de la Universidad de
Tokio, actualmente no existe infraestructura para monitorear ondas Rayleigh en
tiempo real, pero el desarrollo de esta tecnología podría marcar un hito en la
vulcanología y en la prevención de desastres naturales. .
El descubrimiento de la onda Rayleigh antes de la
erupción de Hunga Tonga es un avance fascinante que podría cambiar la forma en
que predecimos y nos preparamos para desastres volcánicos.
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