Un gran meteorito ilumina Siberia
La caída del meteorito C0WEPC5 en Siberia Oriental marcó un impresionante evento astronómico que tuvo lugar ayer en la región de Yakutia, a las 19:17 hora de Moscú. Este cuerpo celeste, de entre medio y dos metros de diámetro, cruzó los cielos dejando una estela de luz visible en un radio de hasta 700 kilómetros, antes de desintegrarse parcialmente en la atmósfera.
El impacto se produjo
entre las localidades de Okeminsk y Lensk, a una distancia de entre 500 y 800
kilómetros de Yakutsk. Según el profesor Víktor Grojovski, de la Universidad
Federal de los Urales, el meteorito generó una bola de fuego impresionante que
iluminó la oscuridad de la región, acompañada por un fuerte estruendo similar
al de un trueno.
La agencia Roscosmos había
clasificado al meteorito como “potencialmente peligroso”, aunque los expertos
aseguraron que no representaba un riesgo grave para la población. Fragmentos
calcinados del meteorito, compuesto posiblemente de hierro y níquel, lograron
alcanzar la superficie terrestre. A pesar de su tamaño, gran parte del cuerpo
celeste se consumió al atravesar la atmósfera.
El evento despertó
recuerdos del meteorito de Cheliábinsk en 2013, que causó más de 1.500 heridos.
Sin embargo, este impacto fue mucho menos dañino y dejó una impresión memorable
en la región. El astrónomo Alan Fitzsimmons destacó que el espectáculo fue
“bastante espectacular” y que la bola de fuego pudo observarse desde amplias
áreas de Siberia.
Las autoridades rusas, que
habían estado monitoreando la trayectoria del meteorito en coordinación con
científicos internacionales, aseguraron que el evento se desarrolló dentro de
los parámetros previstos, brindando una experiencia visual única y segura para
los habitantes de la región.
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