El okapi, el animal mitad cebra mitad jirafa

Este peculiar mamífero, endémico de la selva de Ituri en la República Democrática del Congo, es un “fósil viviente” con características únicas

Entre los animales más fascinantes del planeta, el okapi destaca por su combinación de rasgos propios de jirafas y cebras. Aunque su aspecto pueda confundir, este mamífero es en realidad el pariente más cercano de la jirafa, compartiendo con ella una genética y características evolutivas únicas.

Un extraño híbrido de la naturaleza

El okapi (Okapia johnstoni) posee un cuello relativamente largo, una lengua morada de más de 30 centímetros y pequeños osiconos (estructuras óseas similares a cuernos), elementos que lo vinculan estrechamente con la familia de los jiráfidos. Sin embargo, lo que más llama la atención es su parte trasera rayada, que recuerda a la de una cebra. Este patrón no es casual, sino que le ayuda a camuflarse en la densa vegetación de la selva.

A pesar de su aspecto exótico, el okapi no se encuentra en varias partes del mundo, sino que es endémico de la selva de Ituri, en la República Democrática del Congo. Este ecosistema, a más de 500 metros sobre el nivel del mar, ofrece las condiciones perfectas para su supervivencia, con una vegetación espesa y un clima húmedo.

Un símbolo nacional y una especie en peligro

El okapi es tan importante para el Congo que incluso aparece en uno de sus billetes, convirtiéndose en un símbolo nacional. Sin embargo, la destrucción de su hábitat y la caza furtiva lo han puesto en peligro de extinción. Su población sigue disminuyendo, lo que ha llevado a la comunidad científica a redoblar esfuerzos para su conservación.



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