¿Un asteroide destruyó Sodoma y Gomorra?

Scientific Reports retira una investigación que atribuía a una explosión aérea la destrucción de Tall el-Hammam, posible inspiración del mito de Sodoma

La prestigiosa revista Scientific Reports, perteneciente al grupo editorial de Nature, ha anunciado oficialmente la retirada de un estudio publicado en 2021 que vinculaba la destrucción del yacimiento jordano de Tall el-Hammam con una posible explosión cósmica ocurrida hace 3.600 años. La hipótesis, defendida por un equipo de científicos del llamado Grupo de Investigación de Cometas, sugería que este evento podría haber inspirado el relato bíblico de Sodoma, tal como aparece en el Antiguo Testamento.

Un impacto que cruzó fronteras y medios

La noticia, en su momento, tuvo una enorme repercusión internacional. Medios como Forbes titularon: “Un gigantesco meteorito podría haber destruido la ciudad bíblica de Sodoma”, basándose en las pruebas ofrecidas por los investigadores: metales fundidos hallados en la capa arqueológica, restos calcinados y la hipótesis de que la explosión elevó una nube de sal que provocó el abandono de toda la región durante siglos.

El estudio fue desarrollado por un equipo estadounidense liderado por el geólogo Allen West, y señalaba que las temperaturas en el yacimiento habrían superado los 2.000 grados Celsius, lo que apuntaba a un evento de tipo airburst (explosión en el aire), similar al que ocurrió en Tunguska (Siberia) en 1908.

Errores graves en los datos

La decisión de retirar el estudio ha llegado tras un proceso de revisión que ha detectado “errores claros” en los análisis, según ha declarado el editor jefe de Scientific Reports, Rafal Marszalek. Ya en 2022, la revista había identificado manipulación inadecuada en varias imágenes. Posteriormente, geólogos independientes como Steven Jaret y Robert Scott Harris cuestionaron la interpretación de los datos, señalando que muchos de los fragmentos “fundidos” podrían ser simplemente restos de cerámica cocida por los propios habitantes de Tall el-Hammam.

En paralelo, otro artículo reciente firmado por Andy Bruno y Mark Boslough, expertos en impactos, critica los supuestos paralelismos con Tunguska y asegura que se han exagerado los efectos de aquella explosión siberiana. El uso de datos erróneos y mitificados, como la cifra de 80 millones de árboles destruidos, pone en duda la base teórica del estudio retirado.

Resistencia del equipo investigador

El geólogo Allen West, uno de los autores principales, ha manifestado su “total desacuerdo” con la decisión editorial y ha defendido la validez de sus conclusiones. Alega que un grupo reducido de científicos está intentando “silenciar el debate” sobre eventos explosivos aéreos y ha anunciado que publicarán una nueva versión del estudio con más datos sobre la onda de choque y cuarzos deformados hallados en el lugar.

Para West y sus colaboradores, la investigación sigue siendo válida y necesaria, especialmente para concienciar sobre el peligro de futuros impactos cósmicos. La misión del Grupo de Investigación de Cometas, según su página web, es encontrar evidencias de impactos pasados y prevenir futuras catástrofes similares.

Ciencia, religión y negocio editorial

Este caso ha reavivado también el debate sobre el modelo de publicación científica. Scientific Reports, con más de 20.000 artículos al año y un sistema de pago por publicación (unos 2.400 euros por estudio), ha sido señalada por priorizar volumen sobre calidad. La comunidad científica cuestiona si estas condiciones podrían influir en la validación de estudios con afirmaciones extraordinarias.

Más allá de la polémica, el suceso pone de relieve los retos del conocimiento científico cuando se entrelaza con relatos religiosos, intereses mediáticos y las presiones del sistema editorial. La historia de Sodoma, ahora envuelta en una nube de debate académico, continuará siendo objeto de estudio, pero con nuevas exigencias de rigor.

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