Unas marcas en un hueso de armadillo gigante podrían cambiar la historia del poblamiento de América
Un estudio en Argentina revela presencia humana en la región pampeana hace más de 21.000 años, miles de años antes de lo que se creía
Durante décadas, la
teoría dominante sobre el poblamiento de América situaba la llegada del ser
humano hace unos 15.000 años desde Asia, cruzando por el estrecho de Bering.
Sin embargo, una nueva investigación publicada en PLOS ONE podría
cambiar radicalmente esa visión. El hallazgo de unas marcas de corte en los
huesos de un Neosclerocalyptus, un pariente extinto del armadillo
moderno, sugiere que grupos humanos ya estaban presentes en el actual
territorio argentino hace más de 21.000 años, durante el apogeo de la
última glaciación.
El fósil apareció en
la ribera del río Reconquista, en Buenos Aires. Aunque inicialmente
parecía un hallazgo paleontológico más, el análisis detallado de la pelvis,
vértebras y caparazón del animal reveló 32 incisiones perfectamente rectas, en
zonas musculares clave, que coinciden con cortes hechos por cuchillas de
piedra. El hueso fue datado por radiocarbono entre 21.090 y 20.811 años de
antigüedad, lo que lo convierte en una de las evidencias más tempranas de
presencia humana en Sudamérica.
Sin herramientas… pero
con intención
Aunque no se
encontraron herramientas asociadas, los investigadores creen que la escasa
excavación realizada podría explicar su ausencia. Las marcas, sin embargo,
presentan una calidad y patrón tan sistemáticos que apuntan a una acción
deliberada y organizada de despiece por parte de humanos.
Este descubrimiento se
suma a una creciente lista de evidencias que cuestionan el modelo tradicional
de una llegada tardía y única. La posible existencia de poblaciones humanas tan
tempranas abre interrogantes sobre las rutas migratorias, la convivencia con
la megafauna y el papel de los humanos en su extinción.
Además, la caza de
un animal como el Neosclerocalyptus, que medía casi dos metros y pesaba 300
kilos, sugiere un conocimiento avanzado del medio, herramientas eficaces y, posiblemente,
una cultura cazadora desarrollada.
Un hueso que pone en
jaque la cronología
Este hallazgo
argentino es una nueva pieza de un rompecabezas en plena revisión científica.
La historia del poblamiento de América se aleja cada vez más de una línea recta
para convertirse en un relato complejo, lleno de incógnitas y sorpresas. Y
todo, a partir de unas marcas imposibles de ignorar en los restos de un animal
del Pleistoceno.
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