Los árboles fósiles de la meseta andina central de Perú guardan registro de un drástico cambio ambiental
En una expedición a la
meseta andina central, los investigadores del Instituto Smithsonian de
Investigaciones Tropicales (STRI) se sorprendieron al encontrar un enorme árbol
fósil enterrado en la fría llanura cubierta de hierba.
El registro de fósiles
de plantas de este sitio a gran altitud al sur de Perú contiene recordatorios
dramáticos de que el medio ambiente en las montañas de los Andes cambió
drásticamente durante los últimos 10 millones de años, pero no de la manera que
sugieren los modelos climáticos del pasado, según relatan en la revista
'Science Advances'.
"Este árbol y los
cientos de muestras de madera fósil, hojas y polen que recolectamos en la
expedición, revelan que cuando estas plantas estaban vivas el ecosistema era
más húmedo, incluso más húmedo de lo que predijeron los modelos climáticos del
pasado --explica Camila Martínez, becaria del STRI--. Probablemente no exista
un ecosistema moderno comparable, porque las temperaturas eran más altas cuando
estos fósiles fueron depositados hace 10 millones de años".
La anatomía de la madera
petrificada (permineralizada) que encontraron los investigadores es muy
parecida a la anatomía de la madera en los bosques tropicales de baja elevación
en la actualidad. De hecho, la altitud entonces era probablemente de solo 2.000
metros sobre el nivel del mar.
Pero ese ecosistema no
duró mucho. Hoy, la árida meseta entre montañas se encuentra a 4.000 metros
sobre el nivel del mar.
Fósiles de cinco
millones de años de los mismos yacimientos confirmaron que había nacido el
ecosistema de la Puna que ahora domina las altas mesetas de los Andes: las
muestras de polen más jóvenes provenían principalmente de pastos y hierbas, en
lugar de árboles. El material de las hojas provenía de helechos, hierbas y
arbustos, lo que indica que la meseta ya se había elevado a su altitud actual.
"El registro fósil
en la región nos dice dos cosas: tanto la altitud como la vegetación cambiaron
drásticamente en un período de tiempo relativamente corto, lo que respalda una
hipótesis que sugiere que el levantamiento tectónico de esta región ocurrió en
pulsos rápidos", explica Carlos Jaramillo, científico del STRI y líder del
proyecto.
"El levantamiento
de los Andes jugó un papel importante en la configuración del clima de América
del Sur, pero la relación entre el ascenso de los Andes, los climas locales y
la vegetación aún no se comprende bien --reconoce Martínez--. Para fines de
este siglo, los cambios en la temperatura y las concentraciones atmosféricas de
dióxido de carbono volverán a aproximarse a las condiciones de hace 10 millones
de años".
Según apunta,
"comprender las discrepancias entre los modelos climáticos y los datos
basados en el registro fósil nos ayudará a dilucidar las fuerzas impulsoras que
controlan el clima actual del Altiplano y, en última instancia, el clima en
todo el continente sudamericano".
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