Reaparece en África la musaraña elefante que se creía extinta


No es una rata ni tampoco un hámster, se trata de un sengis, también conocida como sengi somalí o musaraña elefante. La criatura ha sido redescubierta en el cuerno de África (Djibouti) por una expedición científica en la que participaba Steven Heritage, investigador del Centro Lemur de la Universidad de Duke en Durham (Estados Unidos), entre otros expertos.

Hasta ahora, el animal se consideraba una especie perdida de la que solo se tenía referencia gracias a los informes elaborados a principio de los 70. Sin embargo, gracias al nuevo hallazgo, un grupo de científicos de diferentes instituciones ha podido elaborar un informe actualizado sobre la musaraña elefante.
"No sabíamos qué especie ocurría en Djibouti y cuando vimos una pequeña cola de penacho, nos miramos y supimos que era algo especial", señala en referencia al Sengí Somalí Steven Heritage a la BBC, científico investigador del Centro Lemur de la Universidad de Duke en Durham (Estados Unidos) y miembro de la expedición. Las sensaciones del especialista iban bien encaminadas: el sengi somalí formaba parte de la lista de los 25 taxones más buscados de la Global Wildlife Conservation.
El equipo científico decidió colocar 1.000 trampas de mantequilla de maní, avena y levadura en 12 lugares diferentes para averiguar cuántas musarañas elefante se encontraban en la zona. En total localizaron 12, de las que obtuvieron las primeras fotografíás y vídeos, como se puede ver en el siguiente vídeo de New Atlas.
Estas imágenes son una prueba de que la criatura ha ampliado su área de alcance de Somalia a la región vecina de Djibouti. Además, según el estudio publicado en la revista científica PeerJ, también podría encontrarse en Etiopía.
Sea como fuere, la evaluación de las condiciones de estos emplazamientos auguran una larga vida al Sengí Somalí, que según la publicación especializada podría haber habitado el Cuerno de África durante más de 5,4 millones de años.
Sengí Somalí: insectívoro y fiel
Los Sengís Somalíes forman parte de una de las familias de las 20 especies existentes de musarañas elefantes. Estas criaturas pueden llegar a tener un tamaño tan pequeño como para caber en la palma de una mano. Además, hay algo que llama mucho la atención en ellos: su nariz, con forma de tronco, que utilizan para alimentarse insectos y que recuerda a un oso hormiguero.
Los sengis son socialmente monógamos con parejas con las que se aparean de por vida y con las que comparten zonas de hogar relativamente definidas, según el informe de la revista especializada.
Como corredores, están notablemente adaptados a la superficie, pero únicamente son capaces de alcanzar los 30 kilómetros por hora. La mayoría de estas especies dan a luz a seres muy desarrollados capaces de ponerse a correr en la misma hora del parto.
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