Los erizos de espinas largas salen al rescate de los corales de Florida
Unos 200 erizos de espinas largas, especie que décadas atrás estuvo al borde de la desaparición, son la punta de lanza de un proyecto para “limpiar” las algas tóxicas que se posan en la superficie de los arrecifes de corales de Florida, los terceros más grandes del mundo aunque en las últimas décadas su extensión se ha reducido de forma alarmante.
Al cabo de seis meses y medio de ser gestados y
criados en cautiverio en el Acuario de Florida, estos dos centenares de erizos
han sido liberados recientemente en los cayos de Florida (EEUU), en el extremo
más meridional de este Estado, para cumplir con una misión de restauración,
como es alimentarse de las algas que crecen sobre los corales y permitir que se
reproduzcan.
Como dijo a Efe Joshua Patterson, de la Universidad
de Florida (UF) y uno de los responsables del proyecto, se trata del mayor
esfuerzo de repoblación conocido en los últimos 20 años y es el primer paso de
cara a transportar, trasplantar y supervisar con éxito en el futuro a decenas
de miles de ejemplares de esta especie de erizos de mar, cuyo nombre científico
es Diadema antillarum.
Los miembros del proyecto esperan que estos
herbívoros marinos se reproduzcan y que al cabo de unos seis meses empiecen a
verse los primeros resultados en forma de superficies de arrecifes coralinas
más limpias y libres de algas.
Patterson señaló que en partes de Jamaica, donde los
erizos han logrado recuperarse de forma natural tras su casi extinción, los
corales exhiben una mejor cara.
Por años, expertos de la UF han estado trabajando
con los investigadores del Acuario de Florida, en Tampa (costa oeste del
estado), para hallar maneras de criar erizos que puedan ayudar a limpiar las
algas de los arrecifes, un proceso extremadamente complicado, como dijo a Efe
la científica senior del programa de conservación de corales del acuario
floridano, Keri O’Neil.
El proceso empezó con 400.000 huevos fertilizados
que se colocaron en contenedores diseñados a medida con un flujo circular de
agua que mantuvo a las larvas de erizo flotando constantemente en la columna de
agua mientras se desarrollaban.
Al cabo de 35 días, fueron llevados a grandes
tanques de agua donde en seis meses y medio, a una edad bastante joven, 200 de
estos erizos de la familia diadematidae y característicos por sus largas
espinas negras pudieron ser liberados en el Atlántico, previa comprobación de
su estado de salud y que no supondrán una amenaza para la vida marina nativa.
“Uno de los siguientes pasos es ver si sobreviven”,
indicó O’Neil / EFE
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