Crean un árbol genealógico de la humanidad de 72.000 años de antigüedad
Investigadores en EE UU y el Reino Unido acaban de componer el mayor árbol genealógico de la historia, pues representa a todos los humanos vivos del planeta Tierra.
Este complejísimo mapa recoge el parentesco de las
diferentes poblaciones humanas actuales generación a generación hasta el origen
de nuestros antepasados remotos en África. El árbol desvela nuevos detalles
sobre las migraciones de nuestra especie por el planeta y puede aclarar
momentos cruciales, como la salida de África de un grupo de Homo sapiens hace
72.000 años —o 2.400 generaciones— y del que descendemos todos los humanos
actuales.
“Este es el mayor árbol de familia de los humanos y
describe nuestro origen y expansión por el mundo basado en las variaciones
genéticas de la especie”, explica Wilder Wohns, investigador del Instituto
Broad (EE UU) y primer autor de este trabajo, que se publica este jueves en la
revista Science. Este árbol genealógico humano es en realidad un “primer
borrador”, aclara Wohns. Tener la imagen completa requeriría conocer el genoma
de todos los humanos vivos y el de todos los que vivieron, que sumarían unos
124.000 millones de almas desde que el Homo sapiens comenzó a existir hace unos
200.000 años.
Esta genealogía se ha compuesto a partir de fuentes
diversas. La principal es el genoma de 3.601 personas actuales que viven en más
de 200 lugares diferentes del planeta. También se ha incluido la secuencia
genómica detallada de tres neandertales, nuestros parientes humanos más
cercanos y un denisovano.
También se ha incluido la secuencia genética de una
familia completa de Homo sapiens —padre, madre y dos hijos— que vivió en los
montes Altai de Rusia hace 4.600 años. Esta familia perteneció a la cultura
afanasievo, que genéticamente era muy parecida a los yamnaya, un pueblo de
jinetes y pastores que protagonizaron uno de los capítulos más interesantes y
oscuros de la historia: la ocupación de buena parte de Europa occidental
gracias en parte a una tecnología puntera: la rueda. El azote yamnaya llegó
hasta la península Ibérica, donde desplazaron a los hombres locales casi por
completo, según un estudio de 2018 liderado por el prestigioso genetista David
Reich, que también es coautor del trabajo actual. La nueva “genealogía
unificada” de nuestra especie también emplea otros 3.589 genomas humanos
antiguos.
El genoma de cada persona contiene 3.000 millones de
letras que compilan todas las instrucciones necesarias para que su organismo
funcione correctamente. Una errata de unas cuantas letras en esa secuencia
pueden generar cambios importantes, como una mayor capacidad a para vivir en
los lugares más altos del planeta o un mayor riesgo a desarrollar tumores. El
nuevo árbol genealógico analiza más de seis millones de secuencias genéticas y
245 millones de esas erratas —mutaciones— para remontarse en el árbol
genealógico humano. “El nivel de detalle es tremendo, tenemos información de
unos 27 millones de ancestros de personas actuales. Lo que obtenemos es un mapa
con líneas y nodos que sirven para estimar las rutas de migración de los
humanos por todo el planeta durante toda la historia de la especie humana”,
resalta Wohns.
El nuevo árbol coincide muy bien con lo que ya se
sabía por hallazgos paleoantropológicos, como que el grupo de sapiens del que
descendemos todos los humanos actuales vivió en el Noreste de África hace
72.000 años. Los 100 linajes más antiguos tienen como epicentro un punto del
noreste de Sudán. El punto podría perfectamente estar en la ruta hacia Egipto y
Oriente Próximo que siguieron nuestros ancestros.
El nuevo árbol genealógico también ve claramente la
señal genética de que nuestros antepasados tuvieron sexo e hijos con los
neandertales y los denisovanos, dos grupos humanos hoy extintos. Hay señales de
algo mucho más inquietante: algunas poblaciones de Asia y Oceanía,
principalmente de Papúa Nueva Guinea, llevan material genético de humanos
“fantasma”; homínidos arcaicos de especie desconocida con los que se toparon
los sapiens y no dudaron en cruzarse con ellos.
El trabajo también detecta varios momentos en los
que algunas poblaciones humanas estuvieron a punto de desaparecer. Una de las
aplicaciones pendientes de este nuevo árbol puede ser explorar qué sucedió hace
74.000 años, cuando la población mundial se redujo a unos pocos miles de
personas justo tras la erupción del volcán Toba, en Sumatra, que provocó un
cambio climático a temperaturas más gélidas que duró mil años.
Las técnicas aplicadas a la creación de este árbol
tienen muchas más aplicaciones, argumenta Wohns. “Más allá de la historia
evolutiva, hay muchas investigaciones biológicas que necesitan saber cómo han
evolucionado las diferentes poblaciones humanas en el tiempo y el espacio. Esto
puede hacerse gracias a esta nueva técnica, que también serviría para animales
domésticos, especies salvajes amenazadas, vectores de enfermedades y dolencias
de origen genético como el cáncer”, resalta.
https://elpais.com/ciencia/2022-02-24/el-primer-arbol-genealogico-de-todos-los-humanos-se-remonta-mas-de-2000-generaciones.html
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