El Cráter de Chicxulub, el reinicio masivo del planeta
A mediados de la década de los 80, un grupo de arqueólogos notaron un formación extraña en la península de Yucatán. La forma circular casi perfecta que se percibía en las imágenes satelitales dejó impresionados a los investigadores que desconocían la procedencia de tal fenómeno.
Y es que no se trataba de cualquier forma circular, sino una que
tenía al menos 180 kilómetros de diámetro. Entonces lo supieron, se trataba de
las reminiscencias dejadas por el impacto de un meteorito. El mismo que
provocaría la extinción de los dinosaurios y que ahora conocemos como el cráter
de Chicxulub.
Antes de esta hallazgo se sabía de la desaparición
de los dinosaurios pero las explicaciones sobre las causas no estaban claras.
La idea de un asteroide gigante ya había cruzado por las mentes de Luis y
Walter Álvarez. Físico y geólogo respectivamente y también padre e hijo. Sin
embargo, a principios de los años 80 la idea sonó completamente descabellada
para la comunidad científica, que desechó de inmediato esta posibilidad.
No fue hasta el Simposio Latinoamericano de
Sensoramiento Remoto celebrado en Acapulco, México en 1988 cuando las piezas
del rompecabezas finalmente se unieron para dar una explicación a la extinción
masiva. En la conferencia se mostraron las imágenes satelitales de una gran
circunferencia cercana a Mérida y las ciudades portuarias de Sisal y Progreso
en Yucatán. Los ponentes no sabía de qué se trataba pero en el público se
encontraba una joven geóloga de la NASA que colocó la última pieza del
rompecabezas que poco a poco fueron armando distintos estudiosos de forma
independiente y sin saberlo.
Adriana Ocampo posibilitó que los estudios
anteriores cobraran sentido. Tales como las observaciones de Glen Penfield y
Alan Hildebrand que sobrevolaron la zona en la década de los 70 y reportaron
una formación geológica desconocida en la zona. Sin embargo, no se pudo
comprobar que se trataba de un cráter de impacto hasta que Ocampo al observar
las imágenes satelitales, de inmediato supo que estaba ante un gran
descubrimiento.
Gracias a Ocampo hoy en día sabemos del impacto de
un asteroide de 12 km de diámetro, que atravesó la atmósfera terrestre hace al
menos 65 millones de años. El impacto fue tal que acabó con los dinosaurios y
provocó la última extinción masiva hace 66 millones de años. Aunque todavía se
desconocen las causas del porqué la mayoría de mamíferos, tortugas, cocodrilos,
salamandras y ranas sobrevivieron a tal desastre.
El cráter de Chicxulub como se le ha nombrado en
honor a la región homónima que lo acoge, es un fenómeno único en el mundo. La
mayoría de él yace debajo de las aguas del Caribe y ha posibilitado la formación
de roca porosa en el subsuelo de toda la península. Es por esto que ahí se
pueden encontrar los ríos fantasmas llamados cenotes. Que son formaciones de
agua dulce que corren por debajo de la tierra y emergen en forma de pequeños
lagos de agua cristalina únicos en el mundo.
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Referencia:
https://ecoosfera.com/crater-chicxulub-impacto-asteroide-extincion-dinosaurios-yucatan/
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