El volcán de La Palma sigue vivo
El volcán de La Palma está apagado, callado, pero sigue vivo. Con constantes vitales al mínimo, el 'bicho' de Cumbre Vieja aún mantiene a más de 2.000 personas fuera de sus hogares y un total de 412 vecinos que siguen viviendo en hoteles, 289 en Fuencaliente y 123 en Breña Baja.
En los últimos 15 días se han registrado 65
terremotos en La Palma, 11 en los últimos tres días y hasta 300 desde el mes de
enero. A pesar de su baja magnitud, la red de sismología del IGN sigue notando
el pulso del volcán. El equipo de científicos desplegados desde el día 11 de
septiembre (una semana antes de la erupción) no se ha marchado al completo, y
continúan monitorizando el proceso como vigías permanentes de Cumbre Vieja.
Se mantiene la presencia continua del personal del
IGN en la Isla Bonita, como asegura en su último informe, con muestreo de
parámetros relacionados con esta actividad, especialmente en la zona del
edificio volcánico, donde se han seguido instalando instrumentos para la
monitorización de gases en el interior del cono, así como la instalación de una
estación meteorológica. También el equipo 'del chaleco rojo' muestrea fumarolas
dentro del cono y en las coladas, con un control de temperaturas mediante termopares
y cámaras termográficas. Siguen captando puntos que llegan a los 1000 ºC.
El otro frente de este proceso posteruptivo es el
que mantiene en vilo a cientos de vecinos y vecinas, pendientes del control de
las emisiones de gases en el entorno de La Bombilla y Puerto Naos. En estos
lugares, el IGN ha constatado una importante presencia de CO2 y emisión de CO2
difuso, con puntos de presencia alta.
Al control por tierra y aire, se suma el control más
allá de la superficie, controlando las deformaciones en la zona mediante la red
de estaciones permanentes GNSS, inclinómetros y técnicas InSAR, que son
densificadas mediante la medición semanal de una red de control por técnicas de
RTK, como ha explicado IGN. A través las estaciones de control de parámetros
geoquímicos, se han detectado importantes variaciones en la emisión de radón y
torón y en las concentraciones y relaciones isotópicas del helio y del carbono
de los gases disueltos.
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