¿Podrán cerrar la 'puerta al infierno' de Turkmenistán?
El cráter de gas conocido popularmente como la 'puerta al infierno' lleva ardiendo ininterrumpidamente desde el año 1971 en el desierto de Karakum, cerca de Darvazá (Turkmenistán). Se trata de una zona muy rica en petróleo y gas natural y ahora el presidente de este país, Gurbangulí Berdimujamédov, ha ordenado cerrar este cráter por la gran cantidad de gas que se está perdiendo desde que comenzase a arder.
Así, el presidente de Turkmenistán ha argumentado a
medios locales que la 'puerta al infierno' supone una auténtica pérdida para la
economía del país y es un problema ecológico para este desierto. Por ello, ha
encargado el cierre de este cráter pero, ¿podrá llevarse a cabo?
Este pozo del 'infierno' tiene 30 metros de
profundidad y casi 70 metros de diámetro. La temperatura en su interior es de
400 grados centígrados y se formó durante unas obras de prospección de gas en
el año 1971. Los geólogos descubrieron una cueva llena de gas natural y por
temor a un escape decidieron prender fuego.
Lo que no pensaban es que no pararía de arder
durante tantos años. Pero, ¿cómo se apagarán las llamas? Según explica el líder
del grupo de investigación de seguridad contra incendios de la Universidad de
Greenwich a Gizmodo, Ed Galea, esta 'puerta al infierno' se puede apagar si se
elimina uno de sus tres componentes claves.
En este sentido, detalla, los incendios requieren de
calor, combustible y un agente oxidante para poder producir las llamas.
"Si quitas uno de esos, el fuego se apaga", indica el experto.
Eliminar el combustible que es un gran depósito de metano no es viable, pero se
podría sofocar el fuego rociando grandes cantidades del material que se
encuentra en los extintores de incendios.
Otra alternativa sería cubrir todo el cráter con
tierra porque apagaría las llamas, aunque "no detendría la fuga de
gas", explica al respecto Mark Tingay, especialista en geomecánica del
petróleo de la Universidad de Adelaida. Una posibilidad sería capturar el
metano, pero esto implicaría tener un mapa geológico de alta fidelidad de todas
las vías por las que podría escapar el gas.
Existe la posibilidad de cortar el suministro de
metano subterráneo, pero haría falta una bomba. Esta explosión eliminaría el
oxígeno que está alimentando las llamas del incendio y movería rocas, por lo
que los conductos de escape de gas se derrumbarían sobre sí mismos.
No obstante, se requeriría una explosión masiva para
poder cerrar todas las fracturas rocosas, por lo que sería una opción muy
extrema. Por tanto, los expertos constatan que para cerrar 'la puerta al
infierno' deben contar con todos los recursos necesarios, porque si no no
convendría tocar el cráter.
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