¿Llegará la Humanidad al año 3000?

 

Uno de los temas científicos más apasionantes es si estamos solos o no en el universo. ¿Existen otras civilizaciones tecnológicamente desarrolladas ahí fuera? De este tema se han ocupado mentes científicas muy brillantes. Una de ellas fue, nada menos, que la del físico italiano Enrico Fermi. Fermi fue galardonado con el premio Nobel de Física en 1938 por su trabajo sobre la radiactividad artificial y es considerado uno de los científicos más importantes de la historia.

Seguramente, Fermi es menos conocido por su paradoja sobre las civilizaciones en el universo. Esta paradoja, enunciada en 1950 en una conversación casual durante una comida con sus colegas, viene a decir que, si el universo fuera abundante en otras civilizaciones, ya nos habrían contactado.

Fermi y sus colegas hicieron ciertas estimaciones sobre la cantidad de civilizaciones que debían haber existido en nuestra galaxia desde el inicio del universo y llegaron a la conclusión de que la galaxia debía estar llena de ellas. Civilizaciones anteriores a la nuestra debían haber poblado la galaxia no una ni dos, sino numerosas veces antes de que nuestra civilización apareciera. ¿Dónde se encuentran entonces esas civilizaciones? ¿Por qué el universo no da signo alguno de ellas?

Esta es la llamada paradoja de Fermi. Esta paradoja puede ser resuelta fácilmente de dos maneras. La primera es suponer que no se han podido generar tantas civilizaciones tecnológicas como Fermi y sus colegas suponían y que la vida y, sobre todo, la inteligencia, son fenómenos extraños en el universo. De esto último podemos convencernos con tan solo ver la tele un rato.

La otra forma de solucionar la paradoja es aceptar que los científicos estaban en lo cierto y que sí han surgido numerosas civilizaciones en la historia del universo, pero que su longevidad es muy corta y desaparecen muy pronto, digamos en solo mil o dos mil años, que, aunque parecen mucho tiempo, es solo un instante comparado con la edad del universo, trece mil setecientos millones de años. De durar tan poco, no es de extrañar que dos civilizaciones tecnológicas cualesquiera no coincidan en el tiempo y puedan saber así cada una de la existencia de la otra.

Antes pensaba que la razón de que otras civilizaciones tecnológicas más avanzadas no hubieran contactado con nosotros era que la probabilidad de que estas surgieran era muy pequeña. Hoy, al ver estallar otra guerra cruel e inútil causada por las ensoñaciones de un líder tan irracional como tecnológicamente poderoso, tiendo a creer que las civilizaciones tecnológicamente avanzadas, aunque pueda ser difícil que aparezcan, una vez aparecidas, duran solo un brevísimo tiempo en relación con la vida del planeta que un día las albergó. Y es que solo mil años de empleo cada vez más irracional de tecnología cada vez más poderosa es un larguísimo, pero larguísimo, tiempo para nosotros. ¿Conseguirá la Humanidad alcanzar el año tres mil? Si seguimos como vamos, me temo que no lo logrará.

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