Los cocodrilos que convivieron con dinosaurios caminaban más erguidos

 

Los cocodrilos que convivieron con los dinosaurios caminaban en una posición más erguida y de una forma más ágil que los actuales, según el estudio publicado por investigadores del grupo Aragosaurus-IUCA de la Universidad de Zaragoza y el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont en la revista Journal of Vertebrate Paleontology.

Los cocodrilos que convivieron con los dinosaurios caminaban en una posición más erguida y de una forma más ágil que los actuales, según el estudio publicado por investigadores del grupo Aragosaurus-IUCA de la Universidad de Zaragoza y el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont en la revista Journal of Vertebrate Paleontology.

La investigación se basa en el estudio de las huellas fósiles (icnitas) de cocodrilo conocidas con el nombre científico de Crocodylopodus, descubiertas en el pueblo de Bre, en la provincia de Soria, territorio de los pocos lugares del planeta donde se han encontrado rastros de estos reptiles.

En esta zona de la península se han encontrado pisadas de cocodrilos que convivieron con los dinosaurios en el Cretácico inferior, hace unos 145 millones de años, informa la Universidad de Zaragoza.

Aunque estas huellas se encontraron hace más de 20 años, ha sido recientemente cuando los investigadores han estudiado en detalle su morfología para esclarecer sus diferencias y relacionarlas con la forma de locomoción de estos animales.

Por su forma, las huellas de estos cocodrilos fósiles se asemejan mucho a las de los cocodrilos actuales, tanto en las marcas de las manos como en las de los pies. Sin embargo, nos llamó la atención algunas diferencias en los rastros, es decir, en la secuencia de huellas que dejaban al caminar, explica Diego Castanera, miembro del grupo Aragosaurus-IUCA (UNIZAR) e investigador del ICP que ha liderado el estudio.

Al compararlos con rastros de cocodrilos actuales vieron que eran considerablemente más estrechos y con los pies y las manos más pegados entre sí y, según agrega Castanera, no presentan marcas de la cola, la tripa o del arrastre de las extremidades como es habitual en los rastros de cocodrilos actuales.

La comparación de las icnitas con una gran cantidad de datos de huellas fósiles y actuales ha llevado a los investigadores a concluir que estos cocodrilos extintos caminaban en una posición más erguida y de una forma más ágil que los cocodrilos actuales.

La mayoría de icnitas estudiadas son de pequeño tamaño, de un máximo de 7 cm de largo y se estima que corresponden a cocodrilos de no más de un metro de longitud.

A lo que no han podido dar respuesta los investigadores, informa la institución académica, es a la presencia de huellas de tres tamaños distintos y que Eduardo Puértolas-Pascual, investigador de la Universidad de Zaragoza y co-autor del estudio, estima que podrían corresponder a animales de distintas edades, "debidas al dimorfismo sexual, en el que las huellas de machos y hembras sean de distintos tamaños" o a ambos.

Los autores han realizado también una recopilación de los datos de las especies de cocodrilos que habitaron la Península Ibérica en el Cretácico inferior para intentar determinar a qué especie corresponden las huellas y, que aunque no se ha podido concluir con los datos actuales, Puértolas-Pascual la relaciona con "alguna especie dentro del grupo de cocodrilos conocidos como los neosuquios" como Goniopholis, Atoposaurus o Bernissartia, dominantes de los ecosistemas en aquel momento.

Lo que sí sabemos es que posiblemente el productor tenía unas extremidades delanteras más largas en relación con la longitud total del cuerpo, un centro de masas localizado más hacia adelante y una cola más ligera o corta que los actuales. Estos cocodrilos estarían mejor adaptados para la locomoción en medios terrestres, concluye el investigador.

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