Los Niños del Volcán
Las Momias de Llullaillaco, también llamadas Niños
de Llullaillaco y Niños del volcán, son los nombres con que se conocen los
cuerpos de tres niños sacrificados por los incas excepcionalmente conservados
por alrededor de quinientos años. Fueron hallados a una altura de 6739 msnm (22
109 pies) cerca de la cima del volcán Llullaillaco, en el oeste de la provincia
de Salta, noroeste de Argentina. Actualmente se encuentran en exhibición en el
Museo de Arqueología de Alta Montaña de Salta.
Desde mediados del siglo XX se conocía, por los
relatos de montañistas, la existencia de ruinas precolombinas en ese punto
inhóspito de la cordillera de Los Andes. A casi 50 años de esos primeros
descubrimientos se realizó una expedición financiada por la National Geographic
Society y apoyada por autoridades provinciales y departamentales. En un trabajo
mancomunado, montañistas y arqueólogos argentinos y peruanos, bajo la dirección
del antropólogo estadounidense Johan Reinhard y la arqueóloga argentina
Constanza Ceruti, sacaron a la luz lo que escondía celosamente el sitio
arqueológico más alto del mundo.
En marzo de 1999 fueron encontrados los cuerpos de
un niño de siete años («El niño»), una niña de seis («La niña del rayo») y una
adolescente de quince años («La doncella»). Su estado de conservación era tal,
que varios expedicionarios coincidieron en afirmar que parecían estar
dormidos.1 Junto a ellos se hallaron 46 objetos que componían su ajuar, formado
por figuras humanas y animales en miniatura, utensilios y alimentos.
Las tres momias incas encontradas cerca de la
majestuosa cima del volcán Llullaillaco, en Argentina, estaban un estado de
conservación tan bueno que permitieron ponerle cara al antiguo ritual de la
capaccocha, cuyo colofón fue el sacrificio de los niños. Se cree que fue un
sacrificio, ya que "La Doncella" estaba vestida con un vestido marrón
claro ajustado en la cintura por una faja con dibujos geométricos donde
combinan colores claros y oscuros con sus bordes rojos. Tiene un manto gris con
guardas rojas,sostenida por un prendedor de plata a la altura del tórax, al
igual que con muchas trenzas y como era de costumbre, adornos en la cabeza.
"La Niña del Rayo" y "El niño" estaban de una forma en la
que no se podía percibir las prendas fácilmente.
Por Ley 25444 del 20 de junio de 2001, los «Niños
del Llullaillaco» fueron declarados «Bienes Históricos Nacionales» y la cima
del volcán «Lugar Histórico Nacional» por la Comisión Nacional de Monumentos y
Lugares Históricos de Argentina.
Kelly Knudson, química y arqueóloga de la Arizona
State University, no participó de la investigación, pero explica que este
emocionante estudio demuestra que la ciencia arqueológica puede ayudarnos a
comprender mejor los detalles más íntimos de la vida humana y las antiguas
civilizaciones.
“Detectar un aumento del consumo de alcohol y hoja
de coca es muy interesante, tanto por lo que nos dice sobre los sacrificados en
la capaccocha y su vida anterior, como por lo que nos cuenta sobre la coacción
y el control en la época inca”, concluye Knudson.
Cinco años después del hallazgo, se hizo posible la
exhibición al público de una parte del descubrimiento en el Museo de
Arqueología de Alta Montaña de Salta que fue creado a tal fin, en la ciudad
capital de la provincia de Salta. La muestra cuenta con sistemas de protección
de alta tecnología a fin de mantener las condiciones de temperatura, humedad e
iluminación necesarias para proteger este valioso patrimonio arqueológico.
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