Encuentran un fósil de saltamontes de hace más de 300 millones de años
Es probablemente uno de los más antiguos del mundo,
al menos en la península», explicó en entrevista con Efe el descubridor del
fósil, Pedro Correia.
Un equipo de investigadores lusos ha descubierto en
el norte de Portugal los restos fósiles de un saltamontes de más de 300
millones de años, un hallazgo «extremadamente raro» en la península ibérica,
donde solo existen seis ejemplares de esta categoría.
Los restos fósiles se encontraron hace 16 años en la
cuenca carbonífera del Duero, en la región de São Pedro da Cova, en el noroeste
del país, pero la investigación no comenzó hasta el pasado año y llegó a la
conclusión de que se trata de un arqueortóptero del carbonífero de hace
exactamente 303 millones de años.
La orden de los arqueortópteros comprende, entre
otros, a los ortópteros, es decir, saltamontes, grillos e insectos
estrechamente relacionados.
«Mayoritariamente encontramos restos de insectos de
cucarachas, un grupo más común en el periodo carbonífero. De un saltamontes es
extremadamente raro. Es probablemente uno de los más antiguos del mundo, al
menos en la península», explica en entrevista con Efe el descubridor del fósil,
Pedro Correia.
El hallazgo revela un nuevo género y una nueva especie
para la ciencia, sostiene Correia, doctorado en el Centro de Geociencias de la
Universidad de Coimbra y especializado en plantas e insectos fósiles.
En la península ibérica sólo se han hallado seis
restos fósiles de arqueortópteros, cuatro en España y dos en Portugal, con
entre 303 y 299 millones de años de antigüedad.
«En Portugal y en España los especímenes encontrados
de insectos son rarísimos y es algo que nos hemos estado preguntando a lo largo
de estos años», dice Correia.
La escasez de restos no significa que estos insectos
no abundaran hace 300 millones de años. De hecho, en otras zonas de Europa,
como Francia y Alemania, se han encontrado numerosas muestras, lo confirma que
«es raro en el registro fósil, pero en su época era muy común».
¿A qué se debe la falta de hallazgos en la
península? «Aún no hay una explicación clara. Probablemente tenga que ver con
los ambientes poco calmados, poco tranquilos para la sedimentación», responde
el arqueólogo.
«Es probablemente casi imposible encontrar un
insecto completo porque eran lugares donde había acumulación de plantas y
restos animales. Eran ambientes, desde el punto de vista geológico, muy
tectónicamente activos, con sistemas fluviales que transportaban los restos»,
justifica.
Bautizado como «Lusitadischia sai», el fósil es el
segundo registro de la familia Oedischiidae conocido en la península y se
encuentra en el Museo de Historia Natural y Ciencias de la Universidad de
Oporto.
El descubrimiento demuestra que la especie está subestimada
por el limitado potencial de este tipo de fauna prehistórica y por la
dificultad para reconocer estos hallazgos en condiciones de conservación.
«A nivel de interés científico es una prueba más de
que a pesar del registro limitado de este tipo de insectos existía y de ser
raros, no significa que existiera poca diversidad», apostilla Correia.
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