La Guacamaya roja, a punto de desaparecer

 

La destrucción del hábitat natural y la captura para la comercialización de fauna silvestre, son dos de los factores que están poniendo en peligro a los loros, pericos y guacamayas que se desplazan en los alrededores de la Selva Lacandona, puntualizó Francisco Emilio Roldán Velasco, consultor de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).

Entrevistado sobre el tema, mencionó que estos animales son sacados de sus espacios para que sean llevados como mascotas a los hogares, aun y cuando en esos sitios no tienen las condiciones para alimentarse, reproducirse o vivir de forma adecuada.

Áreas naturales y especies

En la Selva Lacandona, recordó, son siete áreas naturales protegidas (ANP) que hay y que comprenden 400 mil hectáreas. En ese territorio se desplazan ocho especies de psitácidos, y varios de estos animales están con alguna categoría de peligro de extinción.

Por eso, remarcó, es indispensable conservar toda esa vegetación, ya que se ha observado que algunos ejemplares, como los loros de cachetes amarillos, así como el de frente y corona blanca, además del perico pecho sucio, gozan de buena salud en la zona.

La preocupación mayor se encuentra en la disminución de la población de las guacamayas rojas, puntualizó. El consultor en la Selva Lacandona de la Conanp, comentó que las estadísticas muestran que solo quedan en vida silvestre unos 400 ejemplares, que es el grupo que se ha mantenido así desde hace un tiempo, y por lo tanto, las amenazas siguen latentes.

Otra especie bajo amenaza

En condiciones similares se encuentra el loro corona azul. Es un animal de buen tamaño que le gusta moverse en parvadas grandes, sin embargo, en los monitoreos se ha visto que las agrupaciones han bajado. Esto se relaciona con el daño provocado a su entorno natural y que también sean vendidos como mascotas.

Convertir parte de la selva a potreros para meter ganado y producir carne, enfatizó Roldán Velasco, genera presión a la flora local y la fauna silvestre. El comercio de estos animales no solo se hace en territorio nacional, sino también -explicó- se tiene conocimiento de que se llevan al extranjero.

Desde la parte institucional se está trabajando de la mano con las comunidades locales, buscando opciones productivas como la siembra de cacao y café bajo sombra, además de la ganadería sustentable para que sea la propia población quien asuma la responsabilidad de cuidar los espacios naturales, las aves y la vegetación.

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