El Internet cuántico será el final de la piratería
El aumento del trabajo masivo desde casa ha hecho
que muchas personas sean más conscientes de los riesgos de seguridad de enviar
información confidencial a través de Internet. Lo mejor que la tecnología puede
hacer en este momento es dificultar la interceptación y el pirateo de los
mensajes, pero no hacerlo imposible.
Lo que necesitamos es un nuevo tipo de internet: el
Internet cuántico. En esta versión de la red global, los datos son seguros, las
conexiones son privadas y esas preocupaciones sobre la interceptación de la
información son cosa del pasado.
Un equipo de físicos cuánticos liderados por
Siddarth Koduru Joshi, miembro de investigación en comunicación cuántica de la
Universidad de Bristol, acaba de hacer un gran avance que hará posible una
Internet cuántica al ampliar los conceptos detrás de ella utilizando la
infraestructura de telecomunicaciones existente.
Según explica Joshi, la forma actual de proteger los
datos en línea es cifrarlos mediante problemas matemáticos que son fáciles de
resolver si se obtiene una “clave” digital para desbloquear ese cifrado, pero
difíciles de resolver sin ella. Sin embargo, difícil no significa imposible y,
con suficiente tiempo y potencia de computadora, los métodos actuales de
cifrado pueden romperse.
La comunicación cuántica, por otro lado, crea claves
utilizando partículas individuales de luz (fotones), de las que, de acuerdo con
los principios de la física cuántica, es imposible hacer una copia exacta.
Cualquier intento de copiar estas claves provocará inevitablemente errores que
se pueden detectar. Esto significa que un hacker, no importa cuán inteligente o
poderoso sea o qué tipo de supercomputadora posea, no puede replicar una clave
cuántica o leer el mensaje que cifra.
Este concepto ya se ha demostrado en satélites y
sobre cables de fibra óptica , y se utiliza para enviar mensajes seguros entre
diferentes países. Entonces, ¿por qué no lo usamos ya en la vida cotidiana? El
problema es que requiere tecnología costosa y especializada, lo cual no lo hace
escalable actualmente.
Las técnicas de comunicación cuántica anteriores eran
como pares de walkie talkies para niños. Necesita un par de teléfonos por cada
par de usuarios que quieran comunicarse de forma segura. Entonces, si tres
niños quieren hablar entre ellos, necesitarán tres pares de teléfonos (o seis
walkie talkies) y cada niño debe tener dos de ellos. Si ocho niños quieren
hablar entre ellos, necesitarían 56 walkie talkies.
Obviamente, no es práctico que alguien tenga un
dispositivo separado para cada persona o sitio web con el que quiera
comunicarse a través de Internet. Así que Joshi y su equipo de físicos
cuánticos descubrieron una manera de conectar de forma segura a cada usuario
con un solo dispositivo cada uno, más similar a los teléfonos que a los walkie
talkies.
Cada walkie talkie actúa como transmisor y receptor
para compartir las claves cuánticas que hacen que la comunicación sea segura.
En el modelo de Joshi, los usuarios solo necesitan un receptor porque obtienen
los fotones para generar sus claves desde un transmisor central.
Esto es posible gracias a otro principio de la
física cuántica llamado “entrelazamiento”. Un fotón no se puede copiar
exactamente, pero se puede entrelazar con otro fotón para que ambos se
comporten de la misma manera cuando se miden, sin importar cuán separados
estén, lo que Albert Einstein llamó “acción espeluznante a distancia”.
Según señalan los expertos cuánticos en su
investigación, cuando dos usuarios quieren comunicarse, el transmisor les envía
un par de fotones entrelazados, una partícula para cada usuario. Así, los
dispositivos de los usuarios realizan una serie de mediciones en estos fotones
para crear una clave cuántica secreta compartida. Luego, pueden cifrar sus
mensajes con esta clave y transferirlos de forma segura.
Mediante el uso de multiplexación, una técnica de
telecomunicaciones común de combinar o dividir señales, se pueden enviar de
manera efectiva estos pares de fotones entrelazados a múltiples combinaciones
de personas a la vez.
También es posible enviar muchas señales a cada
usuario de manera que todas puedan ser decodificadas simultáneamente. De esta
forma se han reemplazado efectivamente los pares de walkie talkies con un
sistema más similar a una videollamada con múltiples participantes, en el que
puede comunicarse con cada usuario de forma privada e independiente, así como
todos a la vez.
Hasta ahora, los investigadores han probado este
concepto conectando a ocho usuarios en una sola ciudad. Ahora están trabajando
para mejorar la velocidad de su red e interconectar varias de estas redes.
Algunos colaboradores ya han comenzado a utilizar esta red cuántica
experimental como banco de pruebas para varias aplicaciones interesantes.
Joshi y el grupo de expertos esperan desarrollar
redes cuánticas aún mejores basadas en esta tecnología con socios comerciales
en los próximos años. Con innovaciones como esta, esperan presenciar el
comienzo del Internet cuántico en los próximos diez años.
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