La Luna cubrió el Sol en 1325, ¿pudo esto motivar la fundación de México-Tenochtitlan?
El especialista del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM, y por más de dos décadas investigador del Instituto de Astronomía (IA) en las áreas de plasmas astrofísicos y física solar, expuso en entrevista: para un pueblo que tenía como deidad principal a la Luna y el Sol, el momento de ese fenómeno natural pudo ser interpretado como señal divina.
“El hecho pudo haber indicado el momento de quedarse
aquí en el Valle, pero la fundación fastuosa de la ciudad pudo haber sido
después, debido a que los mexicas habrían esperado dos periodos de 13 días
después del eclipse, para que el 17 de mayo de 1325 fundaran la ciudad, debido
a que es justo el momento en que a mediodía el Sol alcanza el Cenit, y los
mexicas y otras culturas de Mesoamérica identificaron este fenómeno como el
instante en que no hay sombra a mediodía”, explicó.
Aun cuando la Asamblea General de las Naciones
Unidas declaró el 20 de julio como Día Internacional de la Luna, para
conmemorar el aniversario del primer aterrizaje de seres humanos pertenecientes
a la Misión Lunar Apolo 11 en 1969, y con ello sensibilizar a la comunidad
internacional acerca de la importancia de la exploración y utilización
sostenibles de la Luna, los pueblos mesoamericanos desde más de seis siglos
atrás practicaron su observación y análisis.
Desde que el ser humano está en la Tierra, se ha
fijado en el “techo del mundo” porque es una fuente de sabiduría, es parte de
la naturaleza. En culturas primigenias el cielo da la posibilidad de organizar
el tiempo, los calendarios son objetos culturales que sirven para organizar a
la sociedad y su actividad, comentó Galindo Trejo.
Siendo un objeto tan llamativo y que puede seguirse
fácilmente, agregó el doctor en Astrofísica Teórica en la Ruhr Universitaet
Bochum de Alemania, fue considerada una deidad y también para cuestiones
prácticas, porque antes de que hubiera un calendario solar existió uno lunar,
debido al fácil seguimiento de las fases.
“Si en una Luna llena observamos sus mares,
distinguiremos que semeja un conejo: su cuerpo, su cola, esto no solo fue
observado por culturas orientales, sino también por los mesoamericanos. Es el
Conejo de la luna, que hace dibujar el Padre Sahagún, cronista del siglo XVI.
De hecho, cuando vemos salir a la Luna, el conejito está de pie, y cuando se
mete lo hace de cabeza”, detalló.
Protagónica más allá de la historia contemporánea es
el objeto nocturno más brillante, pero también puede mirarse de día como un
sello de agua. En los eclipses participan la Luna y el Sol; de hecho, sin el
astro rey no la podríamos ver porque este emite la luz y ella, a manera de
espejo, la refleja, detalló el investigador del IIE.
“La Luna hace posibles los eclipses, que es de los
fenómenos más grandes y llamativos en la naturaleza. A partir de que el humano
observa por primera vez el cielo, es posible pensar que inicia el proceso para
penetrar en el Universo. Si los antiguos no hubieran dirigido su vista al
cielo, no pudiéramos penetrar en este”, añadió.
El integrante de la Unión Astronómica Internacional
y autor del libro “Arqueoastronomía en la América Antigua” recordó que en 1611
sucedió el primer eclipse después de la denominada Conquista de Tenochtitlan,
considerada como “una mordida de Sol”.
Anticipó que el 14 de octubre de 2023 sucederá un
eclipse anular, cuando la Luna está más lejos que el promedio y su tamaño
angular es menor que cuando se atraviesa e intenta tapar el disco de Sol, no
alcanza a llenarlo por completo, y entonces se define un anillo que se
observará en una trayectoria que pasará por la Península de Yucatán.
Algo más impresionante, afirmó, ocurrirá el 8 de
abril de 2024. Durante cuatro minutos y medio lo vamos a observar en pleno día:
“Veremos una noche artificial, la Luna tapará por completo el disco de Sol. Se
podrá ver la corona, los planetas, las estrellas y esto se verá solamente por
una trayectoria de 200 kilómetros; empezará en el Pacífico, entrará por
Mazatlán en Sinaloa, y también se verá en Durango, Coahuila y luego se moverá a
Texas. Valdrá la pena desplazarse a esta franja y observar este fenómeno”.
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