Un satélite medirá toda el agua dulce del planeta
El agua es vida, pero a pesar de su importancia, la
humanidad tiene una visión sorprendentemente limitada de los cuerpos de agua
dulce de la Tierra. Los investigadores tienen mediciones confiables de los
niveles del agua para solo unos pocos miles de lagos en todo el mundo, y pocos
o ningún dato sobre algunos de los sistemas fluviales importantes del planeta.
El nuevo satélite de Topografía de las Agua Superficiales y Oceánicas (SWOT,
por sus siglas en inglés) llenará ese enorme vacío. Al ayudar a proporcionar
una mejor comprensión del ciclo del agua de la Tierra, contribuirá a una mejor
gestión de los recursos hídricos y ampliará el conocimiento de cómo el cambio
climático afecta a los lagos, ríos y embalses.
Está previsto que SWOT sea lanzado en noviembre
desde la Base Espacial de Vandenberg, California, en una colaboración entre la
NASA y el Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES) de Francia, con contribuciones
de la Agencia Espacial Canadiense y la Agencia Espacial del Reino Unido. Los
ingenieros y técnicos están finalizando los trabajos en el satélite, en una
instalación dirigida por la empresa Thales Alenia Space en Cannes, Francia.
SWOT tiene varias tareas clave, incluyendo la
medición de la altura de los cuerpos de agua en la superficie de la Tierra.
Sobre el océano, el satélite será capaz de “ver” características como remolinos
de menos de 100 kilómetros (60 millas) de ancho, más pequeñas que las que
podían registrar los anteriores satélites de observación del nivel del mar.
SWOT también medirá más del 95% de los lagos de la Tierra con extensiones
mayores de 6 hectáreas (15 acres) y ríos de más de 100 metros (330 pies) de
ancho.
“Las bases de datos actuales pueden tener
información sobre unos dos mil lagos en todo el mundo”, dijo Tamlin Pavelsky,
jefe científico de la NASA para SWOT especializado en agua dulce, desde la
Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. “SWOT llevará ese número a entre
2 y 6 millones”.
Junto con la medición de la altura del agua —ya sea
en un lago, río o embalse— SWOT también medirá su extensión o superficie. Esa
información crucial permitirá a los científicos calcular cuánta agua se mueve a
través de las masas de agua dulce. “Una vez que se consigue el volumen, se
puede evaluar mejor el balance de agua, o cuánta agua entra y sale de un área”,
dijo Lee-Lueng Fu, científico del proyecto SWOT en el Laboratorio de Propulsión
a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) de la NASA en el sur de California,
que administra la parte estadounidense de la misión.
Esto es importante porque el cambio climático está
acelerando el ciclo del agua en la Tierra. Las temperaturas más cálidas
significan que la atmósfera puede contener más agua (en forma de vapor de
agua), lo que puede causar, por ejemplo, que las tormentas de lluvia sean más
fuertes de lo que una región normalmente podría ver. Esto, a su vez, puede
causar estragos en las granjas, dañando los cultivos. Estos cambios acelerados
pueden dificultar la gestión de los recursos hídricos de una comunidad.
“A medida que el ciclo del agua de la Tierra se
intensifica, predecir futuros eventos extremos como inundaciones y sequías
requiere monitorear tanto los cambios en el suministro de agua del océano como
la demanda y el uso del agua en los suelos. La mirada global de SWOT a todas
las aguas superficiales de la Tierra nos dará exactamente eso”, dijo Nadya
Vinogradova Shiffer, científica del programa SWOT en la sede de la NASA en
Washington.
Una imagen mejor y más grande
SWOT proporcionará sus revolucionarios datos
utilizando un nuevo instrumento llamado radar interferómetro de banda Ka
(KaRIn, por sus siglas en inglés), que hacer rebotar pulsos de radar sobre la
superficie del agua y recibe la señal de retorno con dos antenas al mismo
tiempo. Las antenas están separadas 10 metros (33 pies) sobre un brazo de
soporte, lo que permite a los investigadores recopilar información a lo largo
de una franja de aproximadamente 120 kilómetros (75 millas) de ancho de la
superficie de la Tierra, lo que es una trayectoria más ancha que la de los
predecesores del satélite.
La ingeniería requerida para este tipo de sistema es
complicada porque un brazo de soporte de antena tan grande requiere una
estabilidad increíble, y porque los investigadores necesitan cálculos muy
precisos para producir mediciones de los océanos y los cuerpos de agua dulce de
la Tierra. “La idea básica de SWOT se remonta a finales de la década de 1990,
pero convertir ese concepto en realidad, toda esa ingeniería, requirió una gran
cantidad de tiempo y esfuerzo”, dijo Pavelsky.
Los satélites que ya están en órbita pueden medir la
altura del agua —en el océano, en lagos muy grandes y en ríos muy anchos— o la
superficie de una masa de agua. Pero para calcular los cambios en el volumen a
lo largo del tiempo, los científicos deben emparejar las medidas de extensión y
altura tomadas por diferentes instrumentos en diferentes días. Esto hace que
sea difícil determinar detalles básicos, como cuánta agua fluye a través de los
ríos del mundo y cuánto varía ese volumen. “Uno pensaría que ya lo sabríamos”,
dijo Pavelsky. “Pero para muchos ríos del mundo, simplemente no hay muchas
mediciones de este tipo”.
SWOT eliminará la necesidad de juntar
apresuradamente la información sobre la extensión y la altura obtenida de
diferentes satélites, y al mismo tiempo el satélite dará a los investigadores
una visión global de las aguas superficiales de la Tierra. “Este será un cambio
tremendo en nuestro conocimiento y comprensión del agua dulce”, dijo Sylvain
Biancamaria, miembro del equipo científico de SWOT e investigador de agua dulce
en el Laboratorio de Estudios en Geofísica y Oceanografía Espacial en Toulouse,
Francia.
Algunos estudios, incluido uno publicado el año
pasado en la revista científica Nature, han utilizado mediciones de los niveles
de agua para observar cómo cambian los lagos y ríos en todo el mundo a lo largo
del tiempo. Sin embargo, los datos que los investigadores esperan obtener de
SWOT proporcionarán una mejor comprensión de los niveles y la superficie de
agua, los cuales serán muestreados con mayor frecuencia y en un área mayor de
la Tierra. Una vez que esté en órbita, SWOT enviará alrededor de un terabyte de
datos sin procesar al día.
Científicos como Biancamaria y Pavelsky están
especialmente interesados en obtener información a nivel de las cuencas, o el
área de los suelos drenada por un lago o por un río y sus afluentes. “Desde un
punto de vista social, ya sea que se trate de agua potable, navegación o
control de inundaciones, el agua debe gestionarse a la escala de la cuenca”,
dijo Biancamaria. “Por lo tanto, se necesitan observaciones que cubran toda la
cuenca, y SWOT proporcionará estos conjuntos de datos”.
Más acerca de la misión
La misión SWOT está siendo desarrollado conjuntamente
por la NASA y el CNES, con contribuciones de la Agencia Espacial Canadiense
(CSA, por sus siglas en inglés) y la Agencia Espacial del Reino Unido. JPL, que
es administrado para la NASA por Caltech en Pasadena, California, lidera el
componente estadounidense del proyecto. Para la carga útil del sistema de
vuelo, la NASA proporciona el instrumento KaRIn, un receptor científico GPS, un
retrorreflector láser, un radiómetro de microondas de dos haces y las
operaciones de los instrumentos de la NASA. El CNES proporciona el sistema de
Orbitografía y Radioposicionamiento Doppler Integrado por Satélite (DORIS, por
sus siglas en inglés), el altímetro Poseidon de frecuencia dual (desarrollado
por Thales Alenia Space), el subsistema de radiofrecuencia KaRIn (en conjunto
con Thales Alenia Space y con el apoyo de la Agencia Espacial del Reino Unido),
la plataforma y el segmento de control terrestre. La CSA proporciona el
conjunto de transmisores de alta potencia KaRIn. La NASA proporciona el
vehículo de lanzamiento y los servicios de lanzamiento asociados.
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