Una tormenta solar «potencialmente disruptiva» golpeó la Tierra la semana pasada sin ser detectada
Hace apenas unos días la Tierra recibió, sin previo
aviso, el impacto de una tormenta solar «potencialmente disruptiva» que nadie
se esperaba. Para los científicos que observan el Sol fue toda una conmoción,
ya que el evento se produjo por sorpresa y sin ninguna señal previa que
permitiera adivinar su llegada.
La tormenta golpeó nuestro planeta justo antes de la
medianoche (UTC) del pasado 25 de junio, y continuó durante la mayor parte del
día 26. El evento produjo una tormenta geomagnética que perturbó durante dos
días el campo magnético terrestre y que los científicos han clasificado como de
clase G1, es decir, de baja intensidad, (la escala va de G1 a G5), aunque
suficiente para causar fluctuaciones de energía en las redes eléctricas,
afectar a los sistemas de navegación de los satélites, confundir a las aves
migratorias y causar auroras boreales inusualmente fuertes.
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