Estrellas similares al Sol engulleron sus planetas

 

Una nueva investigación muestra que otras estrellas similares al Sol en nuestra galaxia no son tan amables con sus planetas. Hasta una cuarta parte de ellos pueden consumir planetas incluso antes de que establezcan un sistema solar. Ese consumo deja una huella química distinta en las estrellas, que puede ayudar a los investigadores a comprender qué tan comunes son los sistemas planetarios… y con qué frecuencia se destruyen.

Las estrellas binarias similares al sol deberían ser gemelas idénticas. Provienen de la misma nube de gas protoestelar. Se formaron con la misma sopa primordial de ingredientes. Tenían historias de formación similares, incluso hasta el punto de tener casi el mismo tamaño. Deben verse, actuar e incluso oler igual.

Pero el 25% de las veces, no lo hacen. En esos casos, uno del par binario tiene una mayor abundancia de elementos más pesados que su gemelo. ¿Cómo podrían surgir estas diferencias?

Una posibilidad, como se describe en un artículo que apareció recientemente en la revista preliminar arXiv y presentado para su publicación en la revista Naturaleza Astronomíaes que una de esas estrellas similares al sol en el par binario se ha comido a sus hijos.

No tomaría mucho. Solo unas pocas masas terrestres son suficientes para contaminar la atmósfera de una estrella hasta el punto de que podríamos detectar esas diferencias con nuestras observaciones. Los investigadores detrás del estudio examinaron 107 pares binarios de estrellas similares al Sol y descubrieron que la inmersión del planeta era un escenario terriblemente común.

Durante décadas, los astrónomos supusieron que la composición elemental de una estrella nos informaba sobre su historia de formación. Que los elementos encontrados en una estrella eran un registro de su procedencia. Pero la nueva investigación muestra que las estrellas son mucho más dinámicas (y peligrosas) que eso, y que la presencia de elementos pesados puede indicar una historia inquietante.

Armados con este conocimiento, las encuestas futuras pueden estudiar estrellas que vuelan solas. Si contienen una mayor abundancia de elementos pesados de lo habitual, es probable que estemos viendo los restos de un sistema solar que salió mal. Con encuestas lo suficientemente amplias, esto puede proporcionar otro método esencial para determinar qué tan comunes son los sistemas solares como el nuestro.

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