Hace 90 millones de años la Antártida fue una frondosa jungla
De
acuerdo al estudio que data del año 2020 publicado por Nature, esto se produjo
gracias al exceso de CO2 exactamente en la era de los dinosaurios que se
dividió en tres periodos: riásico, Jurásico y Cretácico. Este último, tuvo sus
inicios hace 145 millones de años culminando hace 66, en la mitad de ese
periodo, se dio el acontecido suceso, que se debe de acuerdo a las
investigaciones a que en ese tiempo el clima y las condiciones de vida eran muy
diferentes a las actuales.
Johann
P. Klages sedimentólogo del Instituto Alfred Wegener lideró el estudio de una
secuencia sedimentaria (proceso tectónico de hundimiento del fondo de una
cuenca sedimentaria simultáneo al depósito durante un largo periodo de tiempo)
extraída de la plataforma antártica occidental, los restos del Cretácico
recogidos más al sur hasta la fecha.
Los restos fueron hallados en el suelo marino
a 900 km de lo que es la actual Antártida, cerca a los glaciares Pine Island y
Thwaites descubriendo una red de 3 metros de largo de raíces fosilizadas con
restos de polen, esporas y plantas con flores con un extraordinario nivel de
conservación.
El
encargado de estudiar el polen y las esporas para reconstruir el clima y flora
de aquella época fue Ulrich Salzmann, paleoecólogo de la Universidad de
Northumbria, quien afirmó “Resultó particularmente fascinante ver el polen
fósil y otros restos de plantas tan bien conservados en un sedimento depositado
hace unos 90 millones de años cerca del Polo Sur. Los numerosos restos de
plantas indican que la costa de la Antártida Occidental era, en aquél entonces,
un denso bosque templado y pantanoso, similar a los bosques que se encuentran
hoy en Nueva Zelanda”.
La alta concentración de dióxido de carbono,
produjo una diversidad amplia de vegetación "sin una gran glaciación
antártica", explican los expertos. Así mismo, se cree que había lluvias
con potencial similar al de las tropicales de hoy en día. Debido a los
drásticos cambios en el clima, la Antártida se adaptó a las bajas y desafiantes
temperaturas polares.
Lo
asombroso del caso, es la cantidad de dióxido registrado puesto que para 2021
la concentración global de dióxido de carbono rondaba las 416 partes por
millón, este dato se empezó a medir en 1959, mientras que los datos del estudio
indican “antes de nuestro estudio, la suposición general era que la
concentración global de dióxido de carbono en el Cretácico era de
aproximadamente 1.000 partes por millón. Pero en nuestros experimentos basados
en modelos, la concentración llegó a niveles de 1.120 a 1.680 partes por
millón, necesaria para alcanzar las temperaturas promedio de ese momento en la
Antártida".
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