Científicos descubren un exoplaneta habitable a 100 años luz
A través de un comunicado, la Universidad de
Birmingham (Reino Unido) informó que un equipo de investigación internacional
descubrió dos planetas rocosos que se encuentran a 100 años luz de la Tierra.
Uno de ellos podría ser un planeta potencialmente habitable.
Se trata del planeta LP 890-9C, este exoplaneta se
encuentra cerca de la estrella TOI-4306, la cual es más pequeña que el Sol. Su
rotación alrededor de la estrella dura alrededor de 8.5 días y es un 40% más
grande que el planeta Tierra.
El descubrimiento fue posible gracias a las
observaciones realizadas por TESS, el Satélite de Sondeo de Exoplanetas en
Tránsito de la NASA, y por el telescopio SPECULOOS, especializado en la
detección de planetas que orbitan alrededor de estrellas ultrafrías.
"TESS busca exoplanetas usando el método de
tránsito, monitoreando el brillo de miles de estrellas simultáneamente,
buscando atenuaciones leves que puedan ser causadas por planetas que pasan
frente a sus estrellas", señala Laetitia Delrez, investigadora de la
Universidad de Lieja (Bélgica) y una de las autoras del descubrimiento,
publicado en la revista Astronomy & Astrophysics.
Los investigadores señalan que el planeta LP 890-9C
podría ser habitable al no recibir demasiado calor ni temperaturas
extremadamente gélidas, lo cual permite que la superficie pueda contener agua
líquida. Otro factor que lo favorece es que su estrella anfitriona (TOI-4306)
es pequeña.
"El objetivo es buscar planetas terrestres potencialmente habitables que transiten por algunas de las estrellas más pequeñas y frías del vecindario solar, como el sistema planetario TRAPPIST-1, que descubrimos en 2016", precisó Michael Gillon, investigador principal del proyecto SPECULOOS.
Los científicos esperan adelantar más estudios para
determinar si este planeta tiene una atmósfera para así estudiar su contenido y
evaluar si es un planeta habitable.
“Es importante detectar tantos mundos terrestres
templados como sea posible para estudiar la diversidad de climas de exoplanetas
y, finalmente, estar en condiciones de medir con qué frecuencia ha surgido la
biología en el Cosmos”, concluye Amaury Triaud, profesor de la Universidad de
Birmingham.
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