Astrónomos logran observar cómo la luz estelar acelera la materia
Imágenes del sistema estelar binario WR140
acumuladas durante 16 años han permitido a los científicos observar el
escurridizo fenómeno de la luz que acelera la materia, según detalla un estudio
publicado este miércoles en Nature Astronomy.
Situada en la constelación del Cisne, a unos 6.000
años luz del Sistema Solar, WR140 está formada por una estrella Wolf-Rayet, un
tipo de astro que suele sufrir grandes pérdidas de masa debido a intensos
vientos estelares, y una supergigante azul.
Uno de los mayores telescopios ópticos del mundo, en
el observatorio Keck de Hawái, ha monitorizado durante más de una década ese
sistema binario y sus regulares expulsiones de polvo, que se extienden hasta
distancias miles de veces mayores que el espacio entre la Tierra y el Sol.
Esas eyecciones, que se producen cada ocho años, son
una oportunidad singular para que los astrónomos observen de manera directa la
presión que ejerce sobre el polvo la radiación electromagnética de las
estrellas.
Los científicos han comprobado con frecuencia ese
efecto al calcular las velocidades de la materia en el cosmos, pero la medición
directa de aceleraciones producidas por causas no gravitatorias es excepcional.
"Es difícil ver cómo la luz estelar provoca
aceleración porque la fuerza se debilita con la distancia y otras fuerzas toman
el control rápidamente", afirma en una nota de la Universidad de Cambridge
Yinuo Han, autor principal del trabajo.
"Para ser testigos de la aceleración al nivel
que es posible medir, el material tiene que estar razonablemente cerca de la
estrella o bien la fuente de la presión de radiación tiene que ser extremadamente
fuerte", agrega Han.
WR140 produce un "feroz campo de
radiación" que multiplica esos efectos y los sitúa "en el rango
apreciable" para los instrumentos terrestres. Todas las estrellas generan
vientos, pero los que salen de las de tipo Wolf-Rayet son "más bien
huracanes estelares", describe.
Elementos como el carbono se condensan en forma de
hollín en esos vientos estelares y mantienen una temperatura suficiente como
para brillar en la parte infrarroja del espectro. "Como humo en el viento,
ofrecen algo que observar a los telescopios", detallan los autores del
estudio. EFE
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