NASA detecta la explosión cósmica más poderosa que jamás se haya registrado

 

Un nuevo momento histórico para la NASA, la agencia espacial logró detectar la explosión cósmica de rayos gamas más poderosa o que jamás se haya descubierto por los telescopios humanos siendo hasta 18 veces más potente que la anteriormente descubierta.

Una poderosa emisión de un estallido de rayos gamma (GRB), el tipo más potente de explosiones en el universo, que ha sido bautizada como GRB 221009A, fue captada el domingo 9 de octubre cuando los astrónomos de todo el mundo estaban fascinados por este pulso inusualmente fuerte, brillante y de larga duración de radiación de alta energía que barrió la Tierra, según lo comunicó la NASA.

Lo más increíble es que la explosión cósmica detectada apenas el 9 de octubre, en realidad ocurrió hace 1.900 millones de años. Proveniente de la constelación de Sagitta, el estallido cósmico fue visible para los telescopios durante más de 10 horas, lo que también lo convierte en uno de los GRB de mayor duración detectados por la NASA y otras agencias espaciales.

La energía de estos explosiones generalmente se mide en gigaelectronvoltios (GeV), pero algunos, los más grandes, se han registrado con energías de alrededor de 1 teraelectronvoltio (TeV). Pero en este caso en particular, el abismal estallido habría contado con una señal de hasta 18 TeV, siendo así la primera detección de un GRB con energías superiores a 10 TeV, lo que la convierte en un verdadero monstruo cósmico.

En cuanto a su origen, según los expertos, lo más probable es que fue provocada por una explosión de supernova que dio lugar a un agujero negro. Cuando esto ocurre, un agujero negro naciente impulsa poderosos chorros de partículas que viajan cerca de la velocidad de la luz y atraviesan la estrella, emitiendo rayos X y rayos gamma. Además no está de más mencionar que esta explosión cósmica no representa ninguna amenaza para nuestro planeta; sin embargo, si algo similar ocurriera dentro de nuestra Vía Láctea y en dirección la Tierra, estaríamos hablando de una extinción masiva, aunque las probabilidades de que ocurra son muy bajas como para preocuparnos.

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