El Hubble capta la explosión de una estrella ocurrida hace 11.000 millones de años
El telescopio espacial Hubble ha logrado fotografiar
en una sola imagen las primeras fases de la explosión de una estrella
supernova, ocurrida hace 11.000 millones de años, cuando el universo era aún
"primitivo".
Este hallazgo, cuya imagen aparece publicada este
miércoles en la revista Nature, podría mejorar el conocimiento científico sobre
la formación de las estrellas y de las galaxias en los orígenes del universo,
según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
La instantánea captada por Hubble -el telescopio
espacial de la ESA y de la NASA- recoge tres momentos diferentes a las pocas
horas de la explosión de la supernova -ocurrida hace 11.000 millones de años- y
corresponde a una estrella que tenía un tamaño 500 veces mayor que el Sol.
Se trata de la primera vez que se observa con tanta
precisión una supernova en sus primeras etapas a esta distancia y que, además,
corresponde a una explosión estelar al comienzo de la historia del universo, subraya
el CSIC en una nota de prensa difundida este miércoles.
"Es bastante raro que se pueda detectar una
supernova en una etapa muy temprana, porque esa etapa es muy corta", según
Wenlei Chen, primer firmante del trabajo e investigador en la Escuela de Física
y Astronomía de la Universidad de Minesota (Estados Unidos).
El telescopio Hubble ha captado tres momentos únicos
de la explosión de la supernova a lo largo de diferentes fases, que llegaron a
la Tierra al mismo tiempo.
Esta imagen se ha conseguido gracias al fenómeno
llamado "lente gravitacional": este efecto se produce por un cúmulo
de galaxias, con una masa miles de veces la de la Vía Láctea, que amplifica la
luz que se produce en objetos que están muy alejados y alineados justo detrás
del cúmulo.
De esta manera, funciona como lo haría una lente:
aumenta la luz que llega de la supernova y la hace visible para el telescopio
espacial.
De esta forma, el cúmulo de galaxias conocido como
Abell 370 ha actuado como si fuera la lente, ha magnificado la luz de la
supernova lejana, que se situaba detrás del cúmulo.
Las imágenes ampliadas por esta lente han tomado
tres rutas diferentes a través del cúmulo, debido a las diferencias de longitud
en los caminos que siguió la luz de la supernova, a la ralentización del tiempo
y a la curvatura del espacio por la gravedad que ya había sido predicha por
Albert Einstein, explica el CSIC.
Sin embargo, como la luz tarda tiempos distintos en
viajar por esos tres caminos, la imagen captada por el Hubble muestra tres
instantes de la explosión en una sola fotografíaa, según José María Diego,
investigador del Instituto de Física de Cantabria (un centro español mixto del
CSIC y la Universidad de Cantabria).
Las galaxias entrelazadas que ha captado el
telescopio James Webb.
De los anillos de Neptuno a una 'galaxia fantasma':
las fotos más espectaculares del telescopio James Webb
El investigador, que ha participado en la
interpretación del efecto "lente gravitacional" y de los tiempos
entre las distintas imágenes de la supernova, precisa que, entre estos tres
instantes, uno de ellos corresponde a solo unas horas después de la explosión.
Además, el telescopio ha captado los cambios de
temperatura de la supernova, que se observan con la variación en su color:
cuando es más azul, más caliente es la supernova, y, a medida que se enfría, su
luz se vuelve más roja.
"Se ven diferentes colores en las tres imágenes",
afirma Patrick Kelly, líder del estudio y profesor en la Escuela de Física y
Astronomía de la Universidad de Minnesota.
Y ha añadido: "En el núcleo de la estrella
masiva se produce un choque, se calienta, y luego ves que se enfría. Es,
probablemente, una de las cosas más sorprendentes que he visto nunca".
Las observaciones muestran que la estrella roja
supergigante poseía un tamaño 500 veces mayor que el del Sol, precisa el CSIC,
y dice que se trata de la primera vez que el equipo investigador es capaz de
medir las dimensiones de una estrella moribunda en el universo más primitivo.
Para lograrlo, se han basado en algoritmos de
aprendizaje automático para medir el brillo y la velocidad de enfriamiento del
astro.
Ahora, y aprovechando la llegada del nuevo
telescopio espacial James Webb de la NASA, el equipo tiene previsto comenzar a
observar supernovas aún más lejanas y crear un catálogo de supernovas que
ayuden a entender si las estrellas que existieron hace miles de millones de
años son diferentes de las del universo que se conoce hoy.
.-
Comentarios
Publicar un comentario