El sexto lago más grande de Estados Unidos está a punto de desaparecer
El Great Salt Lake, ubicado en el norte de Utah,
estaría a punto de desaparecer si no se toman medidas para frenar su rápida
evaporación, según un estudio de la Universidad de Brigham Young. La
investigación señala que el uso humano del agua ha llevado al sexto lago más
grande de Estados Unidos a secarse desenfrenadamente, lo que podría perjudicar
la salud pública, el medioambiente y la economía del estado.
Este lago, cuya salinidad es mayor a la del océano,
comenzó a deteriorarse desde 1980, cuando el uso agrícola, industrial y
municipal tomó fuerza. “Estos proyectos de agua subvencionados llevaron a un
consumo insostenible”, se lee en el estudio. Desde entonces, ha estado en
declive constante, aun cuando un período de lluvias lo rellenó hasta su punto
máximo.
Son los
últimos tres años los que han terminado de vaciarlo: “En 2022, el lago cayó a
una altura récord de 4188 pies, el nivel más bajo en las tablas de contingencia
del estado”. De los 8547 kilómetros cuadrados que medía, se ha reducido hasta
menos de 2590. “Se han perdido aproximadamente 26 millones de acres (10,5
millones de hectáreas) del lago mismo, el doble de esa cantidad de los
acuíferos alrededor, debido a la caída del nivel freático”, dictaminaron los expertos.
Por su parte, las autoridades implementaron medidas.
Los cambios recientes en la ley y la política del agua permitieron adquirir
nuevas herramientas para “la conservación y el transporte del agua al Great
Salt Lake”. Además, la legislatura del estado brindó recursos económicos para
la restauración. En tanto que el gobierno federal creó algunas leyes para
preservarlo: como la de ecosistemas de lagos salinos y la de recuperación del
Great Salt Lake.
Por la rápida evaporación, el Great Salt Lake podría
desaparecer en los próximos cinco años. En consecuencia, los ecosistemas que
hay ahí también quedarían erradicados y millones de personas estarían expuestas
a un polvo tóxico.
Los investigadores de la Universidad de Brigham
Young previeron que las pérdidas serían catastróficas: “Las consecuencias
incluyen la contaminación del aire y del agua, el colapso de la productividad
agrícola, la pérdida de la industria, la depresión económica y la devastación
de los ecosistemas de lagos y humedales”, dictó el estudio. Estos serían los
impactos más fuertes:
• Colapso
de la red alimentaria. Las moscas de salmuera y los camarones de salmuera
serían los primeros en desaparecer. Estos invertebrados alimentan a las aves
silvestres que migran allí y sustentan gran parte de la industria del lago.
• Erosión
de la actividad económica. La actividad podría detenerse por regulación
federal, dado que algunas de las aves del lago están incluidas en la Ley de
Especies en Peligro de Extinción: “El secado del lago podría costarle a Utah
entre US$1700 y US$2200 millones al año y 6600 empleos”.
• Contaminación
del aire. “A medida que una mayor parte del lecho del lago queda expuesta
durante más tiempo, la contaminación del aire aumentará en todo el
Intermountain West 84″, señaló la investigación. El polvo salino del lago
provocaría una contaminación atmosférica local aguda y dañaría los cultivos.
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