Así se ve Leonard, el gran cometa que nos visitará en diciembre
Durante los primeros días de 2021 se ha anunció el descubrimiento de un nuevo cometa que podría llegar a ser observable a finales de este año a simple vista. Pero, ¿hasta qué punto se puede cumplir ese pronóstico? Veamos primero los detalles del descubrimiento:
Tal como explica la revista Cometografía, el día 3
de enero de 2021 el astrónomo Gregory J. Leonard informó del descubrimiento de
un cometa en imágenes obtenidas mediante el telescopio reflector de 1.5 m del
Sistema de Vigilancia Mt. Lemmon en Arizona (EEUU), cuando estaba en la
constelación de Canes Venatici con un brillo de magnitud 19. Leonard estimó una
coma condensada con un tamaño angular de 10 segundos de arco y la presencia de
una cola de 5 segundos de longitud.
Durante los siguientes días diferentes observadores
confirmaron su naturaleza cometaria. Analizando imágenes anteriores se
confirmaron además diversas observaciones pre-descubrimiento realizadas por el
Observatorio Konkoly (Hungría), los telescopios Pan-STARRS1 y Pan-STARRS2 en
Hawaii (EEUU), y hasta por el propio Observatorio Mt. Lemmon nada menos que el
11 de abril de 2020, nueve meses antes de su descubrimiento, el cometa aparecía
por aquel entonces con un brillo de magnitud 21.8.
El nuevo cometa recibió la denominación C/2021 A1
(Leonard), el primer cometa descubierto en 2021, y gracias a las observaciones
pre-descubrimiento tan separadas en el tiempo se pudo calcular pronto una
órbita bastante precisa: una órbita cuasi-parabólica en origen con una aproximación
previa al interior del Sistema Solar hace unos 80.000 años en mitad del
Paleolítico Medio, no se trata pues de un cometa auténticamente nuevo.
Según sus parámetros orbitales, su próximo perihelio
será el 3 de enero de 2022 cuando se acercará hasta una distancia de 0.62 UA
del Sol (entre las órbitas de Mercurio y Venus). Antes de ello, su máxima
aproximación a la Tierra será unas semanas antes, en concreto el 12 de
diciembre de 2021 cuando pasará a 0.23 UA de nuestro planeta, relativamente cerca
(91 veces la distancia de la Tierra a la Luna). Aunque más destacable será su
acercamiento al planeta Venus días después, el 18 de diciembre a 0.0284 UA (a
sólo 4 millones de kilómetros) de este planeta.
Pronóstico de
brillo para el cometa Leonard
Cuando se descubre un nuevo cometa se hace un
cálculo preliminar de cuál va a ser su brillo a lo largo de la aparición, esto
se hace a partir de dos parámetros: magnitud absoluta mo y tasa de actividad n.
La magnitud absoluta se obtiene a partir de las
primeras mediciones de brillo obtenidas, despejando la influencia de su
distancia al Sol y a la Tierra: se calcula el brillo que tendría si estuviera
tanto a 1 unidad astronómica del Sol como de la Tierra. Este dato nos da una
idea del tamaño del núcleo del cometa y ofrece una primera aproximación al
potencial de luminosidad en su viaje por el interior del Sistema Solar. Para el
cometa Leonard se obtuvo una magnitud absoluta de mo=8.5.
Sin entrar en el detalle de fórmulas y otras
consideraciones, la tasa de actividad n describe cómo aumenta su brillo al
acercarse al Sol, lo que para un cometa es incierto. Por estadística se asume
que será entre n=3 y n=5 para los cometas nuevos o «semi-nuevos», adoptando el
valor medio de n=4 como estándar.
Con estos dos parámetros preliminares de mo=8.5 y
n=4 se calculó a principios de año una curva de luz que pronosticaba un máximo
brillo de magnitud 4 para mediados de diciembre de 2021 coincidiendo con su
máxima aproximación a la Tierra. Fue entonces cuando saltó la noticia de que el
cometa Leonard podría observarse a simple vista.
Pero el tiempo fue pasando y las observaciones del
cometa C/2021 A1 (Leonard) realizadas desde enero y hasta principios de julio
de 2021 indicaban que subía de brillo más lento de lo esperado, sólo hasta la
magnitud 17. Un incremento tan pobre que al recalcular la curva de luz daba un
máximo de sólo magnitud 7 para final de año, con lo que no parecía que fuera a
llegar a ser observable a simple vista y se necesitaría el uso de binoculares
para poder verlo.
Durante julio y agosto el cometa dejó de ser
temporalmente observable por baja elongación: visto desde la Tierra se
encontraba angularmente cerca del Sol y por lo tanto no estaba por encima del
horizonte durante la noche. Había que esperar para saber cómo estaba
evolucionado el cometa.
Por fin, a partir de septiembre el cometa Leonard
comenzó a ser observable de nuevo y las imágenes obtenidas reflejaban un cambio
drástico en su aspecto con una coma que había aumentado de tamaño con una
condensación central marcada y una cola de varios minutos de longitud en forma
de V. Además su brillo se había incrementado notablemente hasta la magnitud 12.
La nueva curva de luz calculada con los últimos
datos se ajusta a unos parámetros aproximados de mo=7.5 y n=4.7 y con ella se
prevé que el cometa alcanzaría la magnitud 3 en el máximo, llegando a ser
observable a simple vista.
En cualquier caso todavía hay que ser cauto, se debe
tener en cuenta que esta tasa de actividad suele ser variable en el tiempo. En
la fase final de acercamiento al Sol la temperatura del cometa se eleva
rápidamente y entran en juego parámetros con unos valores totalmente
desconocidos: la cantidad de depósitos de hielo, su distribución, composición,
profundidad, la incidencia de la luz solar sobre ellos, la cantidad de polvo y
el tamaño de sus granos, etc.
Con todos estos parámetros actuando es poco menos
que imposible pronosticar el comportamiento final de un cometa no periódico, se
abre un abanico de posibilidades en las que el brillo máximo del cometa puede
variar varias magnitudes por arriba o por abajo. A una o dos semanas vista del
máximo todavía podemos tener un pronóstico con un posible error del orden de
una magnitud. Cuando estamos hablando de cometas brillantes esto puede marcar
la diferencia entre el espectáculo y la decepción.
Otro fenómeno que puede afectar a la visión del
cometa Leonard y del que se está hablando en la comunidad de observadores es el
efecto de la dispersión frontal (forward-scattering). Este fenómeno sucede
cuando el cometa se encuentra entre el Sol y la Tierra en un ángulo de fase
superior a 90°, entonces la luz del Sol es reflejada y dispersada hacia
adelante (hacia nosotros) por las partículas de polvo y hielo del cometa. Como
consecuencia el brillo aparente del cometa puede aumentar de 1 a 2 magnitudes.
Esto sucedería entre el 4 y el 29 de diciembre, con el máximo efecto centrado
en el día 14. Las condiciones para que se de el fenómeno implican al mismo
tiempo una reducida elongación del cometa, o sea, que durante esos días estará
tan cerca del Sol que sólo será observable a baja altura antes o después del
crepúsculo. En cualquier caso el cometa NEOWISE se pudo observar a simple vista
en unas condiciones similares de baja elongación, por lo que debería poderse
ver también el Leonard si alcanza el brillo suficiente.
Aparte de estos fenómenos difíciles de ponderar,
existen otros eventos rápidos que pueden producirse en cualquier momento, como
explosiones repentinas (outbursts), detenciones de actividad, fragmentaciones
del núcleo, o su desintegración total. Es fácil comprender porqué los cometas
despiertan interés y emociones.
-Diciembre
En diciembre todo sucederá muy rápido: su movimiento
se disparará cruzando la constelación del Boyero, y también se incrementará su
brillo alcanzando la magnitud 5 en pocos días. El cometa perderá rápidamente
altura bajando hacia el horizonte este en busca del Sol, destacar también que
no habrá Luna que moleste la visión del cometa. Alrededor del día 8 de
diciembre el cometa estará pasando sobre la Cabeza de la Serpiente, y en
magnitud 4 comenzaría a ser observable a simple vista a unos 30° de altura
hacia el este antes de amanecer. Finalmente moviéndose a casi medio grado por
hora (el tamaño aparente de la Luna) mientras cruza la constelación de Ofiuco,
el día 12 será su máxima aproximación a la Tierra y máximo brillo en magnitud
3, cuando estará ya a muy baja altura sobre el horizonte este y observable a
simple vista durante el inicio del crepúsculo matutino.
A partir del 13 de diciembre el cometa pasará al
cielo vespertino, observándose todavía en magnitud 3 a muy baja altura sobre el
horizonte oeste mientras anochece. Seguirá moviéndose muy rápido de oeste a
suroeste cruzando las constelaciones de la Cola de la Serpiente, el Escudo,
norte de Sagitario y sur de Capricornio, permaneciendo varios días en esas
condiciones de extrema baja altura e inmerso en la luz crepuscular del
anochecer, mientras pierde algo de brillo hasta la magnitud 4.
A finales de diciembre, habiendo frenado fuertemente
su velocidad aparente en el cielo se moverá lentamente entre las constelaciones
del Microscopio, el Pez Austral y la Grulla, dejando de ser observable desde
latitudes superiores a 30°N.
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