Descubren que los hipopótamos sobrevivieron en Europa durante la última Edad de Hielo
Un estudio internacional revela que estos animales vivieron en Alemania miles de años más tarde de lo que se creía, desafiando las teorías sobre su extinción en el continente.
Durante
décadas, los hipopótamos fueron considerados símbolo exclusivo de los paisajes
cálidos y húmedos del África subsahariana. Sin embargo, una nueva investigación
internacional ha desenterrado una historia sorprendente: estos grandes
mamíferos también habitaron Europa
durante pleno auge de la última Edad de Hielo, cuando el
continente estaba dominado por glaciares, mamuts y rinocerontes lanudos.
Hipopótamos entre hielo y mamuts
El estudio,
publicado en la revista Current Biology, ha
demostrado que los hipopótamos vivieron en el suroeste de Alemania entre hace 47.000 y 31.000 años, una época que se creía
incompatible con su supervivencia. El trabajo, liderado por la Universidad de Potsdam y los Reiss-Engelhorn-Museen Mannheim, con la
colaboración del Curt-Engelhorn-Zentrum
Archäometrie y el ETH Zurich,
cuestiona una de las suposiciones más arraigadas de la paleontología europea:
que estos animales desaparecieron del continente hace unos 115.000 años, al
término del último periodo interglacial.
“El hallazgo
demuestra que los hipopótamos no desaparecieron del centro de Europa al final
del último interglacial, como se había asumido”, explicó el doctor Patrick Arnold, primer autor del estudio.
“Por tanto, debemos reconsiderar otros fósiles europeos atribuidos erróneamente
a épocas más cálidas”.
Un refugio improbable en el corazón del hielo
La clave de
este descubrimiento se encuentra en el valle del
Alto Rin, una región alemana que actúa como archivo natural del
clima del continente. Allí, los científicos recuperaron fósiles
excepcionalmente bien conservados en antiguos depósitos de grava y arena, donde
el paso del tiempo los protegió del deterioro.
“Es asombroso
lo bien que se han preservado los huesos”, señaló el doctor
Ronny Friedrich, especialista en datación del
Curt-Engelhorn-Zentrum Archäometrie. “En muchos restos pudimos extraer muestras
adecuadas para análisis genéticos, algo muy poco habitual tras decenas de
milenios”.
Mediante análisis paleogenómicos y dataciones
por radiocarbono, el equipo logró determinar que los ejemplares
europeos pertenecían a la misma especie que los hipopótamos actuales (Hippopotamus amphibius). El ADN reveló además una
estrecha relación con las poblaciones africanas, lo que indica que estos
animales encontraron refugio en zonas templadas del continente,
adaptándose a las condiciones gélidas con una sorprendente resistencia
biológica.
Una pequeña población que se aferró a la vida
El estudio
también muestra que los hipopótamos del Alto Rin formaban una población reducida y genéticamente aislada, un
último vestigio de la especie en Europa. Su baja diversidad genética sugiere
que sobrevivieron en pequeños grupos dispersos, resistiendo mientras el
continente se congelaba a su alrededor.
Para el doctor Wilfried Rosendahl, director de los
Reiss-Engelhorn-Museen Mannheim y responsable del proyecto Eiszeitfenster
Oberrheingraben, estos resultados son reveladores: “El estudio
demuestra que la Edad de Hielo no fue igual en todas partes. Existieron
microclimas donde especies aparentemente incompatibles pudieron coexistir. Cada
hallazgo añade una pieza al rompecabezas de la Europa prehistórica”.
Una ventana al pasado climático del continente
El proyecto Eiszeitfenster Oberrheingraben, financiado por la Klaus Tschira Stiftung Heidelberg, tiene como meta
reconstruir los cambios ambientales y climáticos del suroeste alemán durante
los últimos 400.000 años. Para ello, los investigadores analizan fósiles
conservados en las colecciones del Museo de Mannheim, entre ellos los restos de
estos hipopótamos que, contra todo pronóstico, prosperaron entre el hielo.
El hallazgo
no solo reescribe un capítulo de la historia natural de Europa,
sino que ofrece una lección sobre la resiliencia
de las especies y la complejidad
del clima prehistórico. Aquel pequeño grupo de hipopótamos,
refugiado entre glaciares y mamuts, demuestra que la vida siempre busca un
camino, incluso en los lugares donde parecía imposible.
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