El Sistema Solar es de los más raros que existen en el Universo
En el universo conocido existen cuatro tipos de
sistemas planetarios, y el nuestro es el menos común de todos ellos.
Es la conclusión a la que ha llegado un equipo de
astrónomos de la Universidad de Berna y del NCCR PlanetS, ambos en Suiza, tras
elaborar una clasificación que establece que en ocho de cada diez sistemas
todos los planetas son semejantes entre sí, lo que denominan como 'sistemas
similares'.
«Hace más de una década, los astrónomos observaron,
gracias al innovador telescopio Kepler, que los planetas de otros sistemas
suelen parecerse a sus vecinos en tamaño y masa, como guisantes en una vaina»,
rememoró recientemente en un comunicado Lokesh Mishra, autor principal del
estudio e investigador de las Universidades de Berna y Ginebra, así como del
NCCR PlanetS.
El hallazgo,
sin embargo, se acogió durante mucho tiempo con escepticismo al creer que podía
deberse a las limitaciones de los métodos de observación. «No era posible
determinar si los planetas de cada sistema eran lo bastante parecidos como para
pertenecer a la clase de los 'guisantes de la misma vaina' o si, por el
contrario, eran bastante diferentes, como en nuestro sistema solar», explica
Mishra.
A diferencia de los 'sistemas similares', el de la
Tierra pertenece a la clase 'ordenada', integrado por planetas cuya masa tiende
a aumentar según se amplía su distancia respecto a su estrella. Eso es lo que
ocurre en el Sistema Solar, donde los planetas rocosos más pequeños, como
Venus, la Tierra o Marte, orbitan relativamente cerca de nuestra estrella,
mientras que los grandes gigantes de gas y hielo, como Júpiter, Saturno o
Neptuno, lo hacen mucho más lejos.
«Este marco también puede aplicarse a cualquier otra
medida, como el radio, la densidad o las fracciones de agua», afirma Yann
Alibert, coautor del estudio y catedrático de Ciencias Planetarias de la
Universidad de Berna y del NCCR PlanetS, que añade que «ahora, por primera vez,
disponemos de una herramienta para estudiar los sistemas planetarios en su
conjunto y compararlos con otros sistemas».
¿Qué elementos influyen en la configuración de uno u
otro sistema? Según Mishra, existen indicios de que tanto la masa del disco de
gas y polvo del que emergen los planetas como la abundancia de elementos
pesados en la estrella respectiva desempeñan un papel. «De discos más bien
pequeños, de poca masa, y de estrellas con pocos elementos pesados surgen
sistemas planetarios 'similares'. Los discos grandes y masivos con muchos
elementos pesados en la estrella dan lugar a sistemas más ordenados y
antiordenados. De los discos de tamaño medio surgen sistemas mixtos. Las
interacciones dinámicas entre planetas –como colisiones o eyecciones– influyen
en la arquitectura final», explica.
«Un aspecto destacable de estos resultados es que
vincula las condiciones iniciales de la formación planetaria y estelar a una
propiedad medible: la arquitectura del sistema. Entre una y otra median miles
de millones de años de evolución. Por primera vez, hemos conseguido salvar esta
enorme brecha temporal y hacer predicciones comprobables. Será apasionante
comprobar si se cumplen», apunta, por su parte, Alibert.
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