Estados Unidos derriba el globo espía chino sobre aguas del Atlántico

 

Aviones caza del Departamento de Defensa de EE UU han derribado el globo chino al que acusaba de espionaje este sábado sobre las 14.30 en la costa Este (las 20.30 en el horario peninsular español), sobre aguas territoriales estadounidenses, en el océano Atlántico, cercanas al estado de Carolina del Sur. “Lo derribaron con éxito, y quiero felicitar a los aviadores que lo hicieron”, ha declarado el presidente de EEUU, Joe Biden, tras el fin de la operación. La acción del Pentágono destruye así un aparato, cuya incursión por los cielos del país ha abierto una nueva crisis en las relaciones entre Washington y Pekín, precisamente en un momento en el que ambas potencias trataban de consolidar un tímido acercamiento.

Los dos cazas F-22 habían partido de la base aérea de Langley, en Virginia. Escoltados por aviones de apoyo, uno de ellos abatió el globo con un disparo de misil a las 14.39 hora local (20.39 hora peninsular española) a unas seis millas (unos diez kilómetros) de la costa de Carolina del Sur. Las fuerzas estadounidenses tratarán ahora de localizar los fragmentos caídos al agua para un análisis detallado de inteligencia sobre la tecnología del aparato. El área en la que se encuentran es de aguas relativamente poco profundas, unos 14 metros, por lo que las tareas de recuperación serán sencillas, según ha indicado un alto mando en el Pentágono.

El artefacto flotaba a una altura entre los 60.000 y los 65.000 pies (entre los 18.300 y los 19.800 metros) y los aviones estadounidenses se situaron a 58.000 pies (casi 17.700 metros) Tras el derribo, los pilotos regresaron a su base a las 15.00 (21.00 hora peninsular española).

“Vamos a ocuparnos de él”, había prometido este sábado Biden, contestando con esta única frase a una pregunta de los periodistas que le acompañaban en una visita, programada a última hora, a la ciudad de Siracusa, en el Estado de Nueva York. No ofreció más detalles. Pero en declaraciones a los medios tras el derribo, el presidente estadounidense reveló que había ordenado a los mandos militares que lo abatiesen “lo antes posible” el miércoles, un día antes de que se hiciese pública la presencia del artefacto a una altura de casi 18.300 metros sobre Montana. Se trata de uno de los Estados con menos densidad de población de Estados Unidos. También uno de los que acoge los silos de los misiles intercontinentales estadounidenses Minuteman. No fue hasta el jueves que se anunció la incursión a los medios.

Tras la petición de Biden, y como ha ocurrido este sábado, se despejó el espacio aéreo de la zona. Pero finalmente se desestimó la idea. Para su derribo, los mandos militares “me recomendaron esperar hasta que llegara al lugar más seguro”; dentro de las doce millas náuticas de aguas territoriales sobre el océano, según ha explicado Biden. Sobre tierra, el riesgo de que los fragmentos alcanzaran a la población o causaran daños materiales serios era demasiado grande. “Tras un cuidadoso análisis, los mandos militares determinaron que abatir el globo sobre tierra firme representaba un riesgo excesivo para la población en un área amplia, debido al tamaño y altitud del globo y el material de vigilancia que transportaba”, ha explicado en un comunicado el secretario de Defensa, Lloyd Austin.

De ahí que la decisión fuese aguardar: la trayectoria del globo lo llevaba hacia el Este y hacia el Atlántico. Mientras tanto, el Pentágono no solo supervisaba su recorrido, sino que tomó medidas para impedir que el artefacto pudiera obtener datos de inteligencia significativos.

La Autoridad Federal de Aviación, encargada del control del espacio aéreo civil, había emitido este sábado la orden de cerrar tres aeropuertos en la zona donde se había avistado el globo recientemente, y matizaba que el motivo era “ayudar al Departamento de Defensa en un esfuerzo de seguridad nacional”. Los tres aeropuertos afectados han sido los de Charleston International, Myrtle Beach International y Wilmington International, en los Estados de Carolina del Sur y del Norte. Este aviso ya apuntaba la intención del Departamento de Defensa de intentar el ataque al globo cuando el artefacto sobrevolase las aguas del Atlántico y se redujese el riesgo para la población.

La incursión del artefacto no es la primera de un globo chino en los últimos tiempos, pero sí la de mayor duración, según ha indicado el Pentágono, que a última hora del viernes alertó de la presencia de otro globo espía chino en América Latina, sin ofrecer más detalles. En una conversación con periodistas, un alto mando ha indicado que el episodio de esta semana es el último en una serie de incursiones de globos espía chinos en todo el mundo: “En los últimos años, se han avistado en países de los cinco continentes, incluido Asia Oriental, el sur de Asia y Europa”, ha explicado.

La presencia del artefacto sobre territorio de EE UU ha motivado que el secretario de Estado, Antony Blinken, cancelara el viaje a China que tenía previsto este fin de semana, tras denunciar el incidente como “irresponsable” y una “violación de la soberanía”.

China ha admitido que el aparato le pertenece, pero sostiene que se trata de un globo meteorológico que se desvió de su curso por los vientos del Oeste en lo que describe como un “accidente de fuerza mayor”. Sin embargo, en su comunicado, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, insistía en que la misión del artefacto era el espionaje. “China lo estaba utilizando en un intento de examinar lugares estratégicos en la zona continental de Estados Unidos”, ha asegurado.

“La acción, cuidadosa y legal, de este sábado demuestra que el presidente Biden y su equipo de seguridad nacional siempre primarán la seguridad del pueblo estadounidense, al tiempo que responden de manera efectiva a la inaceptable violación china de nuestra soberanía”, ha declarado Austin.

Aunque el anuncio del derribo ha generado críticas entre la oposición republicana ―varios representantes han acusado al Gobierno de reaccionar con lentitud―, los legisladores conservadores han felicitado a las Fuerzas Armadas por la operación. “Permitir que un globo espía chino haya podido atravesar todo el territorio continental estadounidense antes de hacer frente a su presencia es una desastrosa proyección de debilidad por parte de la Casa Blanca”, ha apuntado Roger Wicker, el republicano de mayor rango en el comité de Servicios Armados del Senado.

Por su parte, un alto funcionario del Pentágono ha indicado, en declaraciones a medios, que la espera no solo ha resultado la medida de seguridad correcta, sino también muy útil desde el punto de vista de obtención de datos de inteligencia, ya que durante estos días han podido observar con detenimiento el funcionamiento del globo y valorar su tecnología.

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