El Polo Norte ha perdido un área de hielo más grande que España y Francia juntas

 

El deshielo de los polos no nos pilla por sorpresa. En la Antártida, donde actualmente es verano, la cobertura del hielo marino ha alcanzado un nuevo mínimo histórico. Por su parte, el Polo Norte tiene un momento de recuperación gracias al invierno, pero no es suficiente. A día de hoy, la capa de hielo marina en el Ártico cubre 14,38 millones de kilómetros cuadrados, aproximadamente 1,1 millón de kilómetros cuadrados por debajo del máximo promedio de 1981-2010. Es decir, el Polo Norte ha perdido un área un poco más grande que España y Francia juntas, según datos de la Nasa.

Los polos son áreas que nos evocan la imagen de un desierto congelado. Sin embargo, allí también es verano e invierno. El volumen y la extensión de la banquisa, la capa de hielo flotante que se forma, también depende de la estación. Crece durante el otoño y el invierno, y se derrite durante la primavera y el verano. En el Ártico, el máximo se alcanza en marzo y el mínimo en septiembre; en la Antártida, el mínimo se acaba de registrar hace unos días y, en nuestro verano, alcanzará su máximo anual.

El hielo en el Ártico sigue expandiéndose para alcanzar su máxima extensión a finales de marzo, pero la recuperación es insuficiente. Desde 1979, el ritmo de derretimiento es casi el 13% por década. En los últimos 30 años, el hielo antiguo y más grueso, los cimientos del polo, se ha reducido un 95%. Según algunas previsiones, podría haber un verano sin hielo en el Polo Norte dentro de unos veinte años.

En la Antártida, el nivel más elevado de deshielo se da por estas fechas. Hace unos días, España registraba una de las jornadas más frías del año a la vez que el continente antártico alcanzaba su mínimo anual por una suma de circunstancias. Las temperaturas elevadas han estado acompañadas de frecuentes eventos Foehn, vientos cálidos hacia costa desde el interior del continente, que favorecieron el derretimiento de la superficie.

El efecto Foehn se produce cuando el aire se recalienta al descender por las laderas opuestas a la dirección de los vientos. Este tipo de corrientes, secas y cálidas, tiene una mayor importancia en las grandes cordilleras del planeta. En el continente antártico, hay 18 montañas que superan los 4.000 m de altura sobre el nivel del mar.

Este año, el hielo de la Antártida ha experimentado alrededor de 15 a 20 días más de fusión que el promedio. No solo se han registrado variaciones en la cantidad, sino también en la distribución alrededor del continente. La extensión del agua congelada ha aumentado algo en el sector oriental del mar de Ross, al sur de Nueva Zelanda, mientras que ha disminuido en los mares que rodean la península antártica.

El hielo marino global se está reduciendo, pero la tasa de pérdida es menor en la Antártida que en el Ártico. La razón principal es la geología: mientras que el Polo Norte es un mar congelado rodeado de Tierra que se extiende por seis países alrededor del Océano Ártico, el Sur es un continente cubierto de hielo. Se calcula que este último contiene el 70% del agua dulce del planeta.

La imagen más habitual sobre el deshielo de los Polos es la subida del nivel del mar, pero hay otros impactos silenciosos, como los cambios en los patrones atmosféricos, la desaparición de hábitats y especies o el debilitamiento de la corriente del Golfo en el océano Atlántico.

A día de hoy, se sabe que la temperatura media del aire en la superficie del Ártico durante el año pasado fue la sexta más cálida desde 1900 y los últimos siete años, los más cálidos jamás registrados. Las olas de calor marinas son cada vez más frecuentes. Las temperaturas medias de la superficie del mar de agosto de 2022 continuaron mostrando tendencias de calentamiento en la mayoría de las regiones sin hielo del océano Ártico. Esto significa más afloraciones de plancton oceánico, sobre todo, en el Ártico eurasiático y el Mar de Barents.

Otro efecto de la pérdida de hielo en el Ártico será la apertura de nuevas vías marítimas. Los registros satelitales de 2009 a 2018 muestran un aumento del tráfico marítimo de barcos en el Ártico. Los aumentos más significativos se están produciendo desde el océano Pacífico a través del estrecho de Bering y el mar de Beaufort, según el último informe emitido por la NOAA, Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica. Estos desplazamientos provocarán más alteraciones sobre un ecosistema básico en el equilibrio del planeta y al que deberíamos prestar más atención.

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