Vuelve a la Tierra la nave rusa averiada en la EEI

 

Después de siete meses en el espacio y de sufrir una fuga que provocó que tres astronautas quedaran atrapados en la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), la Soyuz MS-22 ha regresado a la Tierra. La maniobra fue muy diferente a lo que se había planeado en origen: en vez de estar guiada por la tripulación formada por los cosmonautas Sergey Prokopyev y Dmitri Petelin, además del astronauta de la NASA Frank Rubio, la sonda volvió de forma autónoma, cayendo vacía sobre una zona baldía al sureste de la ciudad de Jezkazgan, en Kazajstán, este martes.

Todo comenzaba el pasado mes de diciembre, cuando en una caminata espacial rutinaria se registraba un espectacular escape incontrolado de refrigerante que provocó la cancelación del regreso en esa cápsula de los citados astronautas, quienes han estado sin vehículo de vuelta oficial hasta hace un mes. Sin embargo, los restos que han vuelto a la Tierra no serán de demasiada ayuda para resolver el misterio: la zona que sufrió la fuga, el módulo de servicio, esté pensado para desintegrarse por la fricción por la atmósfera, por lo que no ha sobrevivido a la reentrada.

 Una situación similar a la de la segunda nave rusa averiada en menos de dos meses, la sonda de carga Progress MS-21, que registró en febrero un agujero parecido casi en el mismo lugar. Aunque al principio se apuntó a la posible acción de un micrometeorito, Roscosmos estaría estudiando un posible defecto de fabricación en sus naves, tal y como desvelaron fuentes de la NASA. «Dos agujeros tan regulares como esos difícilmente corresponden a marcas de micrometeoritos –señaló por su parte para ABC César Arza, responsable de la unidad de análisis de misión del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA)–. Algo externo ha causado el daño, pero seguramente haya sido en la Tierra, no en el espacio».

Durante dos meses, tres de los siete tripulantes de la ISS no han tenido un vehículo para volver a la Tierra

De la Soyuz han regresado alrededor de 218 kilogramos de carga, incluidos los resultados de los experimentos de investigación y una batería del traje espacial que perdió carga durante una caminata espacial de los cosmonautas Oleg Artemyev y Denis Matveyev en el pasado mes de agosto.

Como consecuencia de esta fuga, Prokopyev, Petelin y Rubio estuvieron más de dos meses sin un vehículo oficial que les llevara a la Tierra en caso de emergencia. Aunque no salió a la luz pública hasta que una nueva Soyuz atracó en la ISS, existía un 'plan b' en caso de urgenicia extrema: los dos cosmonautas podrían volver en la Soyuz averiada (Roscosmos dijo que no habría problema porque dos personas la utilizaran de regreso, pero que no estaba preparada para albergar a tres) y el astronauta de la NASA ocuparía un quinto asiento en la nave Crew Dragon americana (que fue acondicionada para este pasajero 'extra' durante ese tiempo).

Aún así, Roscosmos ha decidido extender la misión de los tres astronautas otros seis meses más: en lugar de volver el pasado mes de marzo, como estaba previsto, la tripulación regresará el próximo mes de septiembre, cumpliendo un año de estancia en la ISS (y teniendo a su alcance el récord de permanencia en la misma).

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