Francia prohíbe la pesca en el Atlántico durante un mes para proteger a los delfines
A partir de este lunes, todos los barcos de la costa
Atláticas de las aguas francesas deberán permanecer en los puertos. Francia ha
decretado una prohibición temporal de un mes de la pesca comercial en el golfo
de Vizcaya, una medida sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial, que
busca proteger a los delfines, pero que genera descontento en la industria.
La medida responde a los llamados de activistas
ecologistas para proteger a los mamíferos marinos, tras constatar un aumento de
las muertes de delfines en la costa atlántica.
Desde Finisterre, en el extremo oeste de la región
de Bretaña, hasta la frontera española, la pesca cesará casi totalmente hasta
el 20 de febrero.
El jueves, el gobierno francés extendió la
prohibición a todos los barcos, sea cual sea su origen, y prometió apoyar a los
pescadores y pescaderos. La restricción emanó en un primer momento del máximo
tribunal administrativo francés, el Consejo de Estado.
El CIEM, un organismo científico que vigila la
situación de los ecosistemas del Atlántico Norte, ha exigido desde hace años
pausas invernales para algunas prácticas de pesca indiscriminada, topándose con
la firme oposición de la industria pesquera. Según ese organismo, unos 9.000
delfines mueren cada año en el Atlántico frente las costas francesas al quedar
atrapados en las redes de forma accidental.
La prohibición afecta a barcos de más de 8 metros de
eslora y afectará a unas 450 embarcaciones francesas.
"Es absurdo frenar negocios como este por un
mes", declaró a la AFP Raymond Millet, un pescador de La Rochelle, una
ciudad del oeste de Francia. Según Millet, que lleva cuarenta años dedicándose
a la pesca, los navíos de entre 9 y 11 metros "no son el tipo de barcos
que pescan delfines".
Protesta de
los pescadores de Saint Jean de Luz en marzo de 2023 contra la restriccion de
pesca para proteger a los delfines. AP - Bob Edme
Franck Lalande, propietario de dos barcos en la
ciudad de Arcachón, en el suroeste, afirmó temer que la prohibición derive en
"disturbios", pues, en su opinión, las compensaciones financieras
previstas por las autoridades son insuficientes.
Por su parte, el Comité Nacional de Pesca (CNPMEM)
criticó las exigencias de "oenegés extremistas" y aseguró que los
mamíferos marinos "no están en peligro".
Las empresas de procesamiento de pescado calculan
que podrían perder más de 60 millones de euros (unos 65 millones de dólares) a
causa de la medida.
El jueves, el gobierno prometió apoyar a la
industria y poner en marcha "medidas de desempleo parcial y ayudas
específicas si fuera necesario".
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