¿Es este el animal más grande de todos los tiempos?

 

Solemos decir que la ballena azul es el animal más grande de todos los tiempos, la bestia más pesada que ha recorrido el planeta. Es uno de esos datos de Trivial que, en realidad, no están tan claros como parece. Por lo visto, en las sombras, de espaldas a la cultura popular, estaba teniendo lugar una pugna por el primer puesto. Era una lucha por ver quién representaba al animal más pesado de la historia, si las ballenas azules o sus parientes lejanas extintas, las del género Perucetus. Los académicos tenían dudas razonables porque, aunque algunos estudios estimaban el peso de estos cetáceos en 340 toneladas, no todos parecían estar conformes con los métodos empleados para llegar a esta conclusión.

Para hacernos una idea, las ballenas azules más pesadas están en torno a las 240 toneladas, aunque normalmente los ejemplares rondan las 140 toneladas. En el caso de Perucetus, su media estaría en torno a las 180 toneladas si aceptamos las estimaciones que se han realizado hasta ahora. Esto lo convertiría en el animal más grande de todos los tiempos; grande como sinónimo de pesado, claro, porque la longitud nos dice más bien poco. De hecho, si nos guiáramos por los metros, la ballena azul tampoco sería el animal más grande del planeta con sus 30 metros, lo sería el gusano cordón de bota (Lineus longisimus), con 55 metros según algunos testimonios. Pues bien, Perucetus mediría unos 17 metros, mucho menos que la ballena azul. La cuestión, por lo tanto, está clara: ¿Quién era más denso?

De huesos anchos

Hace más o menos un año se publicó en Nature un artículo que intentaba estimar el peso de el Perucetus a partir de su esqueleto incompleto. Sabemos que los esqueletos de los mamíferos marinos son bastante, en parte porque necesitan compensar la gruesa capa de grasa que los rodea. En el agua perdemos mucho más calor que en el aire, incluso cuando ambos fluidos están a la misma temperatura. La forma de protegerse contra la pérdida de calor está clara: cubrirse con material aislante, como un jersey, una gabardina o varios centímetros de grasa subcutánea.

El problema es que la grasa flota por su baja densidad, algo que todos hemos experimentado al intentar mezclar vinagre y aceite. Los buceadores utilizan lastres de metal para regular su flotabilidad y, los mamíferos marinos tienen huesos más densos con el mismo propósito. Podemos imaginar los huesos como estructuras esponjosas pero rígidas, como la piedra pómez. Algunas especies, no obstante, tienen partes más densas en el interior de ciertos huesos, como si fueran núcleos compactos. Ese es el caso de Perucetus, pero, además, se sumaba una segunda característica osteológica. La parte externa de sus huesos también estaba engrosada y compactada, aumentando más si cabe esa densidad; un rasgo que comparte con mamíferos marinos como los manatíes y que denominamos paquiostosis. No obstante, un estudio recién publicado en PeerJ plantea que hay dos grandes errores en la estimación del año pasado.

Un físico imposible

Resumiendo, mucho las críticas que ha presentado la comunidad de expertos al artículo del año pasado, podríamos hacer hincapié en tres puntos. El primero es que, a diferencia de lo que se asumió en el artículo de Nature, los tejidos blandos no aumentan de manera proporcional al aumento del peso del esqueleto. Aunque, evidentemente, hay una correlación, no es muy fuerte y hay infinidad de excepciones. En segundo lugar, sobreestimaron la contribución de esta paquiostosis al peso total del individuo que, por lo tanto, sería mucho menor del supuesto. Y, en tercer lugar, que parece bastante improbable que pueda sobrevivir un mamífero marino con dicho peso, ya que subir a la superficie para respirar sería una verdadera epopeya, luchando contra la gravedad con su densísimo corpachón.

Todo esto sugiere que el cálculo de 2023 podría estar equivocado y que, en realidad, nuestra ballena de 17 metros, en realidad, tenía un peso mucho más acorde con el de otras ballenas de 17 metros. Según el artículo de PeerJ, el verdadero tonelaje de Perucetus es mucho menor, de unas 65 toneladas, con casos puntuales que podrían alcanzar las 110, muy inferior a las 340 estimadas en Nature. Comparadas con una ballena azul que ronda las 140 toneladas con 240 de máxima, por lo que sería la mitad de grande que una ballena azul. Eso dejaría a Purucetus muy bien posicionado en el ranking de animales más grandes de la historia, pero lejos de poder soñar con un primer puesto. La segunda ballena más grande de la actualidad es el rorcual común, de una longitud similar al Perucetus, pero con apenas 50 toneladas.

En definitiva, Perucetus es uno de los animales más grandes de la historia, y era indudablemente denso, pero las afirmaciones de Nature parecen poco precisas y, si tenemos que quedarnos con una conclusión, ante la duda, debería ser la más conservadora.

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