La Gran Mancha Roja de Júpiter no es la que vió Cassini en 1665
La icónica Gran Mancha Roja de Júpiter ha persistido
durante al menos 190 años y es probable que sea una distinta a la 'Mancha
Permanente' observada por el astrónomo Giovanni Cassini en 1665. Un nuevo
estudio, publicado en Geophysical Research Letters, utilizó observaciones
históricas desde el siglo XVII en adelante y modelos numéricos para explicar la
longevidad y la naturaleza de este espectacular fenómeno. La Gran Mancha Roja
que vemos hoy --el vórtice planetario más grande conocido dentro del sistema
solar-- probablemente se formó debido a una inestabilidad en los intensos
vientos atmosféricos del planeta, produciendo una célula atmosférica larga y
persistente. "A partir de las mediciones de tamaños y movimientos,
deducimos que es muy poco probable que la Gran Mancha Roja actual fuera la
'Mancha Permanente' observada por Cassini", dijo en un comunicado Agustín
Sánchez-Lavega, científico planetario de la Universidad del País Vasco, quien
dirigió esta investigación. "La ‘Mancha Permanente’ probablemente
desapareció en algún momento entre mediados del siglo XVIII y el siglo XIX, en
cuyo caso ahora podemos decir que la longevidad de la Mancha Roja supera los
190 años". UNA HISTORIA ILIMITADA La Gran Mancha Roja de Júpiter es un
vórtice atmosférico masivo, con un diámetro aproximadamente igual al de la
Tierra. En su periferia exterior, los vientos azotan a 450 kilómetros por hora
(280 millas por hora). Su tono rojo, que se debe a las reacciones químicas
atmosféricas, contrasta marcadamente con las otras nubes pálidas del gigante
gaseoso. La mancha ha intrigado a los científicos durante siglos, en parte
porque su gran tamaño la hace visible incluso con telescopios pequeños. En
1665, Cassini descubrió un óvalo oscuro en la misma latitud que la Gran Mancha
Roja actual y lo denominó "Mancha Permanente", ya que él y otros
astrónomos lo observaron hasta 1713, cuando perdieron su rastro. No fue hasta
1831 y años posteriores que los científicos volvieron a observar una estructura
ovalada clara en la misma latitud que la Gran Mancha Roja. Dadas las
observaciones históricas intermitentes de las manchas de Júpiter, los
científicos han debatido durante mucho tiempo si la Gran Mancha Roja actual es
la misma que vieron los científicos del siglo XVII. En el estudio, los autores
utilizaron fuentes históricas que datan de mediados del siglo XVII para
analizar la evolución del tamaño, la estructura y la ubicación de la mancha a
lo largo del tiempo. "Ha sido muy motivador e inspirador recurrir a las
notas y dibujos de Júpiter y su Mancha Permanente realizados por el gran
astrónomo Jean Dominique Cassini, y a sus artículos de la segunda mitad del
siglo XVII que describen el fenómeno", dijo Sánchez-Lavega. "Otros
antes que nosotros habían explorado estas observaciones, y ahora hemos
cuantificado los resultados". CÓMO SE FORMÓ LA MANCHA La Mancha Roja, que
en 1879 tenía 39.000 kilómetros (aproximadamente 24.200 millas) en su eje más
largo, se ha ido encogiendo hasta los actuales 14.000 kilómetros (8.700 millas)
y, al mismo tiempo, se ha vuelto más redondeada, informó el estudio. Desde la
década de 1970, varias misiones espaciales han estudiado este fenómeno
meteorológico; más recientemente, las observaciones de los instrumentos a bordo
de Juno han revelado que la Gran Mancha Roja es poco profunda y delgada,
información útil para los científicos que buscan explorar la formación de la
mancha. Para explorar cómo podría haberse formado este inmenso vórtice, los
investigadores llevaron a cabo simulaciones numéricas en supercomputadoras
utilizando dos modelos del comportamiento de los vórtices delgados en la
atmósfera de Júpiter. La mancha podría haberse formado como resultado de una
supertormenta gigantesca, similar a las que ocasionalmente se observan en el
planeta gemelo de Júpiter, Saturno; de la fusión de múltiples vórtices más
pequeños producidos por la cizalladura del viento de las intensas corrientes de
viento que fluyen paralelas entre sí, pero alternando su dirección con la latitud;
o de una inestabilidad en los vientos que podría producir una célula
atmosférica alargada, similar en forma a la Mancha Roja. Los resultados indican
que, aunque en los dos primeros casos se forma un anticiclón, difiere en
términos de forma y propiedades dinámicas de las de la actual Gran Mancha Roja.
La inestabilidad del viento que produce la célula, por otro lado, podría haber
producido una "proto-Gran Mancha Roja" que luego se encogió con el
tiempo, dando lugar a la Gran Mancha Roja compacta y de rápida rotación
observada a fines del siglo XIX. El mecanismo de formación está respaldado por
observaciones de células grandes y alargadas en la génesis de otros vórtices
importantes en Júpiter. Las investigaciones futuras apuntarán a reproducir la
contracción de la Gran Mancha Roja con el tiempo para dilucidar los mecanismos
físicos subyacentes a la estabilidad relativa de la Mancha. Los investigadores
también pretenden predecir si la Gran Mancha Roja se desintegrará y
desaparecerá cuando alcance un límite de tamaño, como podría haber ocurrido con
la Mancha Permanente de Cassini, o si se estabilizará en un límite de tamaño en
el que pueda durar.
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