La contaminación acústica está matando las ostras
Las crías de ostras dependen de señales acústicas naturales para establecerse en entornos específicos, pero una nueva investigación de la Universidad de Adelaida revela que el ruido de la actividad humana está interfiriendo con este proceso crítico.
"El sonido natural del océano se está
amortiguando gradualmente debido a la pérdida de hábitat, lo que lleva de un
entorno natural más tranquilo, cada vez más ahogado por el crescendo de la
contaminación acústica provocada por el hombre", explicó la autora
principal, la Dra. Brittany Williams, de los Laboratorios de Ecología de los
Mares del Sur de la Universidad.
"Numerosas larvas marinas dependen de los
sonidos naturales para navegar y seleccionar sus viviendas, por lo que esta
interferencia supone un problema para los conservacionistas que pretenden
atraer ostras a los arrecifes restaurados utilizando sonidos naturales".
"Los ruidos de los barcos, de la maquinaria y
de la construcción, por ejemplo, son omnipresentes y suponen un grave cambio
ambiental que afecta tanto a los animales terrestres como a los marinos".
Según la investigación, los organismos marinos
parecen particularmente vulnerables a la intensificación del ruido
antropogénico porque utilizan el sonido para una variedad de actividades, que
incluyen sentir su entorno, navegar, comunicarse, evitar depredadores y
encontrar pareja y alimento.
"Nuestro trabajo anterior demostró que una
nueva tecnología acústica puede estimular el reclutamiento de ostras en
proyectos de restauración del hábitat, pero esta nueva investigación indica
posibles limitaciones de esta tecnología de altavoces", dijo el Dr.
Dominic McAfee de la Universidad de Adelaida, quien formó parte del equipo de
investigación.
En entornos donde hay mucha contaminación acústica
humana, los altavoces no aumentaron el reclutamiento de larvas.
"Esto sugiere que la contaminación acústica
podría ocultar los sonidos intrínsecos del océano, ejerciendo potencialmente
profundas ramificaciones en la vitalidad y resiliencia de los ecosistemas
marinos", dijo el coautor, el profesor Sean Connell, de la Universidad de
Adelaida y el Instituto de Medio Ambiente.
Aunque el enriquecimiento acústico puede ser menos
efectivo a lo largo de las ruidosas costas metropolitanas y vías fluviales
urbanizadas, los investigadores aún son optimistas sobre la aplicación de la
técnica en áreas con menos tráfico.
"Donde hay poco ruido antropogénico, el
enriquecimiento acústico parece mejorar el proceso de reclutamiento, que es
clave para el éxito de la restauración", dijo el Dr. Williams.
La investigación ha sido publicada en Proceedings of
the Royal Society B: Anthropogenic noise disrupts acoustic cues for recruitment
.-
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