El deshielo de la Antártida podría añadir más de 4 metros al nivel del mar para 2300

El cambio climático continúa generando efectos alarmantes en todo el planeta, y uno de los más preocupantes es el aumento del nivel del mar. En 2022, se alcanzó un récord histórico en el incremento de los océanos, fenómeno impulsado principalmente por el deshielo de los glaciares y el calentamiento global. Este proceso ya afecta a millones de personas, especialmente en las regiones costeras, donde el avance del agua amenaza con desplazar a comunidades enteras.

Según proyecciones científicas, el panorama podría empeorar en las próximas décadas. Se estima que, para fines de este siglo, el nivel del mar podría aumentar entre 60 y 110 cm. En un escenario más extremo, el incremento podría llegar a 170 cm para el año 2200, lo que tendría consecuencias devastadoras en las zonas costeras del mundo. No obstante, estas cifras dependen en gran medida de las emisiones de gases de efecto invernadero, que son un factor determinante en el ritmo de deshielo.

Un reciente estudio, liderado por Hélène Seroussi, profesora adjunta de ingeniería en Dartmouth College, ofrece un análisis detallado de cómo estas emisiones afectarán el nivel del mar más allá del siglo XXI. Publicado en la revista Earth’s Future, el trabajo advierte que, bajo un escenario de altas emisiones, el deshielo en la Antártida podría elevar el nivel del mar en más de 4 metros para el año 2300.

El estudio combina datos de 16 modelos diferentes de capas de hielo, revelando que la contribución de la Antártida al aumento del nivel del mar se acelerará drásticamente entre 2100 y 2300 si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan en niveles elevados. “Cuando se discute sobre el aumento del nivel del mar, la mayoría de las veces se pone el foco en lo que ocurrirá hasta el año 2100. Hay muy pocos estudios que vayan más allá de ese año”, explicó Seroussi en un comunicado de prensa.

Las diferencias entre los escenarios de bajas y altas emisiones se vuelven notorias después del año 2100. En ese sentido, Petra Langebroek, del Centro de Investigación Polar iC3 en Tromsø y el Centro NORCE y Bjerknes para la Investigación del Clima en Bergen, quien participó en el estudio, destacó que aunque las pérdidas de masa de hielo son similares para este siglo, las diferencias entre escenarios crecen rápidamente después de 2100. Langebroek subrayó que reducir las emisiones es crucial para evitar un colapso catastrófico de las capas de hielo.

El estudio también reveló que las cuencas de la Antártida occidental podrían sufrir un colapso total antes del año 2200. Seroussi advirtió que, una vez que se inicie este proceso, será irreversible, lo que podría poner en peligro a más de 250 millones de personas que viven en zonas costeras a menos de un metro por encima de las líneas de marea alta.

Los científicos concluyeron que es imperativo reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero en las próximas décadas para proteger las capas de hielo y evitar un aumento devastador del nivel del mar que afectará a las futuras generaciones.

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