Un nuevo método científico permite saber con exactitud el sexo de esqueletos prehistóricos
Investigadores de las universidades de Valladolid, Murcia, Burgos y Uppsala (Suecia) han desarrollado un método científico para concluir el sexo de esqueletos prehistóricos a partir de los conocidos como huesos largos -húmeros, cúbitos, radios, fémures y tibias-, con un 95 por ciento de precisión.
La investigadora de la Universidad de Valladolid
(UVa) Sonia Díaz Navarro ha sido la encargada de liderar un estudio en el que
se han analizado 109 esqueletos articulados de sexo del yacimiento murciano de
Camino de Molino (III milenio a.C.), según ha informado este viernes la UVa en
un comunicado.
El resultado obtenido de este estudio es un conjunto
de funciones discriminantes y modelos de clasificación para determinar el sexo
mediante análisis y enfoques de aprendizaje automático en huesos largos.
Publicado en la prestigiosa revista ‘Journal of
Archaeological Sciences Reports’ el estudio ha permitido comparar diferentes
técnicas de diagnóstico sexual en huesos largos y probar la validez del
aprendizaje automático en muestras prehistóricas con “excelentes resultados”.
Camino del Molino, en el municipio de Caravaca de la
Cruz (Región de Murcia), es una sepultura calcolítica datada en el III milenio
a.C. que preserva la mayor colección de esqueletos de esta cronología.
En esta tumba se inhumaron 1.348 individuos, de
ambos sexos y todas las edades, lo que lo convierte en “el mayor cementerio
prehistórico documentado hasta la fecha”.
La preservación de 168 esqueletos articulados
completos de adultos ha permitido realizar por primera vez un análisis osteométrico
exhaustivo de las mujeres y los hombres de esta sepultura para valorar el
dimorfismo sexual, es decir, las diferencias en el tamaño de mujeres y hombres.
En este contexto, la investigadora de la UVa Sonia
Díaz Navarro ha explicado que los huesos largos son una “excelente alternativa
para la estimación del sexo” cuando las partes anatómicas más dimórficas o
determinantes de sexo, como el cráneo o la pelvis, no se conservan o están muy
alteradas, algo recurrente en enterramientos prehistóricos.
Estos condicionantes provocan que sea realmente
complicado poder estimar el sexo de los individuos en estos contextos, un
aspecto fundamental para cualquier estudio bioarqueológico con el fin de
definir un conjunto demográfico específico o clasificar restos aislados, apunta
el estudio.
De este modo, el trabajo pretende superar la escasez
de métodos que puedan aplicarse a la estimación del sexo del gran volumen de
restos aislados del Camino del Molino y de otras series esqueléticas
mediterráneas de la Prehistoria Tardía con alta afinidad biológica y que
comparten condiciones ambientales similares.
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