Detectan destellos de luz en el agujero negro del centro de la Vía Láctea
El telescopio James Webb revela llamaradas en Sagitario A, un hallazgo que podría desvelar nuevos secretos sobre la naturaleza de los agujeros negros
Un
equipo de científicos de la Universidad
Northwestern (EE. UU.) ha descubierto destellos
de luz provenientes del agujero negro
supermasivo Sagitario A*, situado en el centro
de la Vía Láctea. Este hallazgo, realizado gracias a las observaciones
del telescopio espacial James Webb, revela un nivel de
actividad superior al esperado, proporcionando pistas clave sobre los procesos
que ocurren en torno a estos objetos cósmicos extremos.
Según explicó el líder del estudio, Farhad
Yusef-Zadeh, aunque es común observar llamaradas
en agujeros negros supermasivos, el comportamiento de Sagitario A* es "único".
“Siempre está burbujeando con actividad y nunca parece alcanzar un estado
estacionario”, señaló el investigador.
Llamaradas aleatorias y actividad
constante
Las observaciones, realizadas
entre 2023 y 2024, revelaron que la actividad de Sagitario A* varía en intensidad
y duración, desde débiles destellos de unos segundos hasta explosiones de luz cegadoras que ocurren diariamente. Además, se registraron destellos prolongados que se extendieron durante meses, sin un patrón predecible.
"Es
como fuegos artificiales continuos,"
explicó Yusef-Zadeh. “En nuestros datos observamos un brillo
burbujeante y cambiante, y de repente, ¡bum!,
un gran estallido de luz. Luego volvía a calmarse, sin repetirse de la misma
manera".
La investigación, publicada por la
Universidad Northwestern, sugiere que esta actividad aleatoria podría deberse a la
interacción entre el disco de
acreción, la región de gas y polvo que rodea al agujero negro,
y la materia que cae en su interior.
Tecnología de observación y
análisis
Para captar estos destellos, el
equipo utilizó la cámara de infrarrojo cercano
(NIRCam) del telescopio
James Webb, capaz de observar en dos
longitudes de onda simultáneamente (2,1 y 4,8 micras). Los
científicos monitorizaron el agujero negro durante 48
horas, en segmentos de 8 a 10 horas
a lo largo de un año, permitiendo seguir su evolución temporal.
La comparación de las dos
longitudes de onda reveló un detalle crucial: los
destellos en la longitud más corta (2,1 micras) se iluminaban antes que los de
la longitud más larga (4,8 micras). Este desfase temporal sugiere que las partículas energéticas pierden su energía más
rápidamente en las llamaradas
cortas, mientras que las más largas pueden estar relacionadas
con sucesos más intensos, como la captura de grandes
masas de gas o materia.
Implicaciones para la astrofísica
Estos nuevos hallazgos no solo
permiten comprender mejor el comportamiento de Sagitario
A*, sino que también aportan pistas sobre la naturaleza fundamental de los agujeros negros y su
interacción con el entorno
galáctico.
“Cada observación nos mostró algo
diferente, lo que es realmente notable. Nada
permanecía igual”, destacó Yusef-Zadeh. Los investigadores
creen que, al igual que en un río,
los destellos cortos serían como pequeñas ondas superficiales, mientras que las llamaradas largas se asemejarían a maremotos, reflejando eventos
más significativos en la dinámica del disco de acreción.
Aunque el equipo todavía trabaja
para entender completamente los procesos
físicos subyacentes, estos resultados representan un avance significativo en la exploración de uno de
los misterios más fascinantes del universo.
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