La NASA eleva la alerta: nuevos cálculos acercan el meteorito 2024 YR4 a la Tierra
La NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) han intensificado la observación del asteroide 2024 YR4, un objeto de entre 40 y 100 metros de diámetro, que ha sido comparado en tamaño con un campo de fútbol. Según los últimos cálculos, la probabilidad de que impacte contra la Tierra el 22 de diciembre de 2032 ha aumentado hasta el 2,3 %, un incremento de ocho décimas respecto a las primeras estimaciones.
Este
nuevo escenario ha llevado a la primera activación del protocolo de defensa planetaria de Naciones
Unidas, un sistema diseñado para coordinar una respuesta
internacional ante la posible amenaza de impacto de un objeto celeste.
Un
asteroide que desaparecerá de la vista hasta 2028
Los
astrónomos han señalado que el asteroide solo podrá seguirse hasta abril de este año,
momento en el que dejará de ser visible desde los observatorios terrestres
hasta su reaparición en 2028, cuando volverá a cruzar el campo visual de
la Tierra. Durante este tiempo, se seguirán recopilando datos para ajustar sus
cálculos de trayectoria y evaluar el verdadero nivel de riesgo.
Si
bien las probabilidades aún son reducidas, el impacto de un meteorito de estas
dimensiones podría tener consecuencias catastróficas. En 1908, un
objeto de tamaño similar provocó el evento de Tunguska en Siberia,
arrasando 2.000
kilómetros cuadrados de bosque y derribando más de 80 millones de árboles.
De confirmarse la colisión de 2024 YR4, su potencial destructivo alcanzaría la
escala de una gran ciudad como Madrid, Londres o París.
España
fuera de la órbita de impacto, pero con un leve riesgo en Canarias
Las
simulaciones iniciales indican que, en caso de colisión, el impacto se
produciría en un área comprendida entre Sudamérica, África y el Pacífico, quedando España
fuera de la posible trayectoria. No obstante, algunos expertos señalan que las Islas
Canarias podrían tener una mínima posibilidad
de verse afectadas si la trayectoria sufre modificaciones en los próximos años.
El
especialista en Historia de la Ciencia Jorge Bolívar ha llamado a la calma, explicando
que "a
medida que se acerca la fecha de paso, las probabilidades de impacto tienden a
reducirse". Sin embargo, la NASA continuará monitorizando
el objeto para actualizar sus previsiones y evaluar la necesidad de futuras
medidas de prevención.
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