Un fósil infantil hallado en Israel reescribe la historia de la humanidad
El cráneo de un niño hallado en Israel revela la hibridación más antigua entre Homo Sapiens y Neandertales
Un reanálisis del fósil de la Cueva de Skhul en el Monte Carmelo sitúa el cruce entre ambas especies hace 140.000 años, adelantando en casi 80.000 años la cronología aceptada hasta ahora
Un equipo internacional de la Universidad de Tel Aviv y el Centro
Nacional de Investigación Científica de Francia ha anunciado que el cráneo de
un niño hallado en la Cueva de Skhul, en el Monte Carmelo, constituye la
evidencia física más antigua conocida de hibridación entre Homo Sapiens y
Neandertales. El fósil, datado en unos 140.000 años, adelanta en casi 80.000
años la línea temporal en la que se creía que ambas especies comenzaron a
cruzarse.
Los investigadores explican que el cráneo muestra una mezcla de
rasgos: mientras la caja craneal es similar a la de los humanos modernos, la
mandíbula presenta características típicas de los Neandertales. También se
identificaron elementos neandertales en el sistema vascular del cerebro y en el
oído interno.
Tecnología
al servicio de la paleoantropología
Los análisis se realizaron mediante tomografía computarizada y micro-CT, que
permitieron reconstruir un modelo 3D del cráneo. Según el profesor Israel
Hershkovitz, las características detectadas “no representan variabilidad dentro
de Homo Sapiens, sino un caso claro de hibridación”. La paleontóloga Anne
Dambricourt Malassé, del CNRS, subrayó que el hallazgo “es objetivamente un
híbrido”.
El hallazgo se suma al debate
abierto sobre los contactos tempranos entre humanos modernos y Neandertales,
dado que hasta ahora se pensaba que las mezclas genéticas ocurrieron entre
60.000 y 40.000 años atrás. “Este fósil adelanta extraordinariamente la
cronología y nos obliga a replantear cómo se dieron esos primeros encuentros”,
apuntó Hershkovitz.
Un
fósil con historia propia
El niño, de entre tres y cinco años, fue descubierto en 1932 en Skhul, cerca de
Haifa, en uno de los entierros humanos más antiguos conocidos. Durante décadas,
su esqueleto fue clasificado como Homo Sapiens temprano, hasta que los
recientes análisis revelaron la combinación de rasgos.
Los investigadores destacan que el
Levante fue un auténtico cruce de caminos evolutivo. Allí, Homo Sapiens que
habían salido de África hace unos 200.000 años coincidieron con Neandertales
presentes en la región desde hace unos 400.000. Para los autores, los
Neandertales locales no desaparecieron de golpe, sino que fueron absorbidos por
sucesivas generaciones de hibridación, dejando huella genética en millones de
personas actuales.
Una
interpretación no unánime
Pese a la importancia del hallazgo, algunos especialistas han mostrado
reservas. Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres, considera
que los fósiles de Skhul encajan mejor en Homo Sapiens, mientras que John
Hawks, de la Universidad de Wisconsin-Madison, advirtió de que la variabilidad
humana puede explicar esas características sin necesidad de hibridación. La
confirmación definitiva requerirá la obtención de ADN antiguo, algo que aún no
se ha logrado en este fósil.
Un
hito para la evolución humana
El estudio, publicado en la revista Nature,
cuestiona las visiones tradicionales de separación total entre Neandertales y
humanos modernos. “El niño de Skhul nos recuerda que la historia de la
humanidad no es una línea recta de reemplazos, sino una red de encuentros,
cruces y transformaciones”, resumieron los autores.
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