El reloj de las estaciones se rompe: la Tierra pierde la sincronía de sus ciclos naturales
Una investigación internacional publicada en la revista Nature ha demostrado que las estaciones del año no siguen un patrón global uniforme, sino que presentan zonas de asincronía que podrían estar alterando los ciclos naturales, la biodiversidad y la agricultura en distintas regiones del planeta.
Un mapa global que rompe esquemas
El trabajo, liderado por el investigador Drew
Terasaki Hart de la Organización de Investigación Científica e
Industrial del Commonwealth (CSIRO, Australia), ha analizado 20 años de imágenes satelitales para reconstruir
los ciclos de crecimiento vegetal en ecosistemas de todo el mundo. Los
resultados muestran que la idea tradicional de estaciones claramente
delimitadas —invierno, primavera, verano y otoño— se tambalea frente a una
cartografía mucho más compleja, con puntos
calientes de asincronía en distintos continentes.
Zonas más afectadas
Los patrones más notorios se han
identificado en regiones de clima
mediterráneo como California, Chile, Sudáfrica, el sur de
Australia y la cuenca del Mediterráneo, así como en zonas
montañosas tropicales. En estas áreas, el estudio describe
fenómenos como el doble pico de productividad:
mientras ciertos ecosistemas alcanzan su máximo crecimiento en una época, otros
—como los bosques— lo hacen hasta dos meses más tarde, generando un desajuste
temporal entre paisajes vecinos.
Consecuencias para la
biodiversidad
Los científicos advierten que
estas asincronías estacionales pueden tener un impacto directo en la biología y
evolución de las especies. Cuando poblaciones cercanas presentan picos reproductivos en momentos distintos, las
posibilidades de cruce se reducen, lo que puede conducir a la diferenciación genética y, a largo plazo, al
surgimiento de nuevas especies.
No es casual que las zonas con mayor asincronía coincidan con varios de los principales puntos de biodiversidad del planeta.
Riesgos para la agricultura
Más allá de la ecología, el
estudio alerta de que estas variaciones temporales también podrían tener
efectos sobre la agricultura, al
alterar la previsibilidad de los ciclos de crecimiento. El desfase en la
productividad de cultivos y ecosistemas vecinos podría modificar la disponibilidad
de agua y nutrientes, además de complicar la planificación agrícola en regiones
que dependen de calendarios estacionales regulares.
Un desafío para comprender el
cambio global
El trabajo, publicado en Nature bajo el título Global
phenology maps reveal the drivers and effects of seasonal asynchrony
(DOI: 10.1038/s41586-025-09410-3),
plantea la necesidad de repensar los modelos climáticos y ecológicos a escala
global. Según Terasaki Hart, comprender estos puntos
críticos de asincronía será esencial para anticipar cómo
responderán los ecosistemas y las sociedades humanas a los cambios ambientales
del futuro.
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