Alertan del riesgo de colapso del refugio del reactor 4 de Chernóbil
El director de la planta de Chernóbil advierte que la estructura protectora del reactor 4 podría colapsar tras los daños sufridos en un ataque con drones, lo que aumentaría el riesgo de una liberación radiactiva si ocurriera otro impacto similar.
El refugio protector
que cubre la central nuclear de Chernóbil, en Ucrania, ha sufrido daños
estructurales significativos tras un ataque con drones en febrero, lo que
ha reactivado las preocupaciones internacionales sobre la seguridad nuclear
en el histórico sitio del desastre de 1986. El director de la planta, Sergiy
Tarakanov, ha advertido que otro impacto directo o incluso explosiones
cercanas podrían provocar el colapso del sistema de contención interno.
La estructura conocida
como Nuevo Confinamiento Seguro (NSC), diseñada para aislar los restos
radiactivos del reactor número 4 y evitar fugas, perdió funciones clave de
seguridad tras el ataque, según han confirmado inspecciones del Organismo
Internacional de Energía Atómica (IAEA). Aunque los niveles de radiación en
el entorno permanecen estables y no se ha detectado una fuga inmediata, la
degradación del escudo protector plantea un riesgo a medio plazo si la
estructura se debilita aún más.
Tarakanov explicó que
reparar completamente el refugio podría llevar tres o cuatro años, y
subrayó que una detonación próxima, incluso sin impacto directo, podría
desencadenar un “mini-terremoto” que comprometa la integridad del conjunto.
“Nadie puede garantizar que la estructura se mantenga en pie si vuelve a ser
golpeada”, advirtió, señalando que ese escenario representa la principal
amenaza.
El daño se originó en
un impacto con un dron de alto poder explosivo, que también provocó un
incendio en la capa externa del refugio, y desde entonces se han realizado reparaciones
temporales, aunque insuficientes para restaurar la plena capacidad de
contención del escudo. La IAEA ha señalado que si bien no hay daños permanentes
en los elementos estructurales de soporte, se requieren reparaciones
exhaustivas para prevenir un mayor deterioro y garantizar la seguridad nuclear
a largo plazo.
La vulnerabilidad de
la protección del reactor 4 ha reavivado el debate sobre los riesgos de los
conflictos armados en torno a instalaciones nucleares y la necesidad de
fortalecer las barreras físicas y los mecanismos de seguridad en zonas de guerra,
donde la infraestructura crítica puede quedar expuesta a ataques.
La situación de
Chernóbil sigue siendo vigilada de cerca por organismos internacionales y
expertos en energía nuclear, que advierten que una falla estructural grave en
el confinamiento podría tener consecuencias ambientales y de salud pública significativas
si se produjera una liberación importante de material radiactivo









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