Regalar animales en Navidad, una decisión que acaba en abandono en demasiados casos
Aunque la imagen de un cachorro bajo el árbol pueda parecer entrañable, especialistas en bienestar animal advierten de que regalar animales en estas fechas suele responder a compras impulsivas que, con frecuencia, derivan en abandono y sufrimiento para perros y gatos.
La
adquisición de un animal de compañía como regalo navideño continúa siendo una
práctica habitual que, sin embargo, entraña riesgos importantes cuando no se ha
reflexionado previamente. Desde organizaciones de protección animal se recuerda
que muchos de los animales que terminan en la calle o en refugios lo hacen tras
haber sido un “regalo sorpresa” en Navidad, cuando pasa la euforia inicial y
aparecen las responsabilidades reales.
La doctora
Claudia Edwards, directora de programas de Humane World for Animals México,
subraya que los animales no son objetos ni juguetes, sino seres vivos con
necesidades físicas, emocionales y sociales que acompañarán a la familia
durante muchos años. En el caso de los perros, su esperanza de vida puede
superar la década, mientras que los gatos pueden vivir más de 16 años, lo que
implica un compromiso constante y a largo plazo que no se puede abandonar
cuando surgen dificultades.
Otro de los
factores clave es la falta de consenso familiar. Regalar un animal sin
consultar a la persona que se hará cargo de él o sin valorar si todos los
miembros del hogar están preparados puede generar problemas de convivencia,
falta de cuidados adecuados y, finalmente, abandono. La llegada de un animal
requiere tiempo, espacio, paciencia y una implicación diaria que no siempre se
ha tenido en cuenta cuando la decisión se toma de forma impulsiva.
Los expertos
insisten en que la responsabilidad de convivir con un animal va mucho más allá
de unas fiestas. Alimentación de calidad, atención veterinaria, vacunas,
esterilización, educación, paseos y enriquecimiento ambiental forman parte de
una rutina diaria que también supone un compromiso económico. A ello se suman
situaciones como las vacaciones, posibles enfermedades o emergencias, aspectos
que deben estar previstos desde el primer momento.
Desde el ámbito de la protección animal se recomienda que, si se
ha decidido incorporar un perro o un gato de forma consciente y meditada, se
opte por la adopción en refugios y protectoras. En lugar de un regalo sorpresa,
una alternativa responsable es obsequiar con los accesorios básicos y un
certificado de adopción consensuado. El mensaje es claro: un animal es un
miembro más de la familia, no un regalo de temporada.








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