Un estudio analiza cómo afectaban los carnívoros salvajes a los poblados prehistóricos
En el Paleolítico, una vez las comunidades
de cazadores y recolectores abandonaban los campamentos, los animales
carnívoros se acercaban a ellos atraídos por el olor de carne cocida y la
posibilidad de encontrar comida
Un estudio experimental
con carnívoros salvajes del Pirineo de Lleida, desarrollado por tres
investigadores españoles, ha analizado cómo se comportaban en la Prehistoria
estos animales con los restos de asentamientos humanos con el objetivo de
mejorar la actual interpretación de yacimientos.
En el Paleolítico, una
vez las comunidades de cazadores y recolectores abandonaban los campamentos,
los animales carnívoros se acercaban a ellos atraídos por el olor de carne
cocida y la posibilidad de encontrar comida, un fenómeno frecuente que provocó
perturbaciones en la distribución de los elementos de asentamientos.
La investigación,
iniciada hace cinco años y publicada en la revista Scientific Reports, ha
consistido en la reproducción experimental de diferentes campamentos
neandertales de corta duración para exponerlos a la acción de osos del área del
Pallars (Lleida, España), una zona con poca presencia humana.
Según un comunicado, el
estudio prevé con el tiempo introducir nuevas variables y especies como hienas,
leones y lobos, cuya actividad se seguirá con cámaras con sensores de
movimiento, un método que ha permitido observar qué animales intervienen en
cada uno de los escenarios.
"Hemos comprobado
que no solamente los carnívoros grandes se beneficiaban de los restos
abandonados por grupos de humanos, sino que algunos carnívoros pequeños
(zorros, martas y tejones), ratones y aves carroñeras también se sentían
atraídos y jugaban un papel muy importante en la formación de los
yacimientos", explicó Ruth Blasco, del Centro Nacional de Investigación
sobre la Evolución Humana (CENIEH), situado en la ciudad esañola de Burgos.
El estudio, en el que
también han participado Maite Arilla y Jordi Rosell, investigadores del
Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) y del Área
de Prehistoria de la Universidad Rovira i Virgili (URV) de Tarragona, abre
nuevas líneas de investigación en torno a la ausencia de epífisis -extremos
ensanchados de huesos largos- en yacimientos.
Un fenómeno que el
artículo vincula a la acción de carnívoros: "Los restos de animales
pequeños (menos de 50 kg) son engullidos directamente, mientras que las
epífisis de los huesos de los animales grandes (más de 300 kg) son llevados
fuera del campamento, probablemente para esconderlas y consumirlas después con
tranquilidad", en opinión de Jordi Rosell.
Un comportamiento por el
que la investigadora Maite Arilla califica a estos animales de
"fantasmas", ya que "los restos que tocan desaparecen y no se
observan mordidas o fracturas sobre los huesos que quedan", lo que
dificulta "identificar estos procesos en los yacimientos
arqueológicos".
En el estudio han
colaborado los equipos de seguimiento del oso pardo, el Parque Natural del Alto
Pirineo y el Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación del
gobierno de Cataluña. EFE
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