Adalatherium, un extraño mamífero que vivió entre dinosaurios
En términos evolutivos,
las islas son un escenario propicio para las rarezas. Es en las islas donde los
animales evolucionan aislados del territorio continental, a menudo durante
millones de años, con diferentes fuentes de alimento, competidores,
depredadores y parásitos...
De hecho, en las islas todo suele ser diferente en
comparación con las especies del continente adyacente. Como resultado, las
formas de vida isleñas se desarrollan en diferentes formas y tamaños y
evolucionan en nuevas especies que, con el tiempo suficiente, producen aún más especies
nuevas.
Tal es el caso de un
extraño mamífero, recientemente descubierto, que vivió hace 66 millones de años
en Madagascar. El hallazgo es obra de un equipo internacional de investigadores
dirigidos por David Krause, conservador de paleontología de vertebrados en el
Museo de Naturaleza y Ciencia de Denver y profesor emérito de la Universidad de
Stony Brook (Estados Unidos), donde se realizó parte de la investigación.
En el largo y minucioso
trabajo también participaron James B. Rossie y el ya fallecido Yaoming Hu,
ambos de la Universidad de Stony Brook.
El hallazgo del nuevo
mamífero, llamado Adalatherium, se hizo gracias a un esqueleto casi completo de
unos 66 millones de años que está asombrosamente bien conservado. El esqueleto
es el más completo de entre todos los de mamíferos del Mesozoico descubiertos
en el hemisferio sur.
Diversos rasgos de este
mamífero son del todo inusuales, como destaca Krause: "Sabiendo lo que
sabemos sobre la anatomía ósea de todos los mamíferos vivos y extintos, es
difícil imaginar que un mamífero como el Adalatherium haya podido evolucionar;
retuerce, e incluso rompe, muchas reglas".
De hecho, aunque una
reconstrucción realista podría llevarnos a pensar que el Adalatherium era un
tejón común y corriente, su "normalidad" es literalmente solo
superficial. Debajo de la superficie, su esqueleto es exótico. Tiene rasgos
primitivos en su región del hocico que no se habían visto durante cien millones
de años en el linaje que dio lugar a los mamíferos modernos.
El Adalatherium tenía
más cavidades en su cara que cualquier mamífero conocido. Muchos de estos
agujeros servían como conductos para los nervios y vasos sanguíneos que
abastecían un hocico muy sensible que estaba cubierto de pelos de bigote.
Destaca especialmente un agujero muy grande en la parte superior de su hocico
para el que no hay rasgo comparable en ningún otro mamífero conocido, vivo o
extinto.
Los dientes del
Adalatherium resultan muy diferentes en su construcción a los de cualquier otro
mamífero conocido. Su espina dorsal tenía más vértebras que cualquier otro
mamífero del Mesozoico y uno de sus huesos de las patas estaba extrañamente
curvado.
Del tamaño de una
zarigüeya de Virginia, el Adalatherium también resulta inusual porque era muy
grande para su época; la mayoría de los mamíferos que vivían entre dinosaurios
eran mucho más pequeños, del tamaño de un ratón en promedio.
El Adalatherium
pertenece a un grupo extinto de mamíferos que, hasta donde se sabe, vivieron
exclusivamente en Gondwana, un antiguo supercontinente meridional. Los primeros
fósiles descubiertos de mamíferos de esta procedencia se encontraron por
primera vez en Argentina en la década de 1980, pero desde entonces también se
han descubierto en África, la India, la Península Antártica y Madagascar. (Fuente:
NCYT Amazings)
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