La erupción volcánica que duró 30 millones de años
El punto del que brotaba está en la meseta Kerguelen, una estructura sumergida en el océano Índico
Desde hace unos 122 millones de años hasta hace unos 90 millones, un gran volcán submarino, o conjunto de volcanes, estuvo en erupción. Una investigación lo ha corroborado y ha aportado datos nuevos y reveladores sobre el singular mecanismo que permitió un tan largo período de actividad eruptiva continuada.
Un equipo internacional que incluye a Qiang Jiang,
Hugo Olierook y Fred Jourdan, los tres de la Universidad Curtin en Australia,
ha determinado que el mecanismo responsable de la longevidad de esa actividad
eruptiva fue una especie de cinta transportadora de magma, creada por cambios
en el lecho marino, que suministraron de manera constante nuevo espacio
disponible para que la roca fundida fluyera durante millones de años.
El punto del que brotaba tan extraordinaria erupción
volcánica, la más duradera conocida de la historia de la Tierra, está en la
meseta Kerguelen, una estructura sumergida en el océano Índico, a unos 3.000
kilómetros al sudoeste de Fremantle, Australia occidental.
La meseta Kerguelen, que es casi del tamaño de
Australia occidental, quedó cubierta de lava, que se depositaba sobre todo el
terreno a razón de unos 20 centímetros cada año. Veinte centímetros de lava al
año puede no parecer mucho pero, sobre un área del tamaño de Australia
occidental, eso es un volumen colosal, tal como enfatiza Jiang.
Esa actividad eruptiva cesó drásticamente hace unos
90 millones de años, por razones que aún no están claras. A partir de entonces,
hubo una lenta pero continua emanación de lava que ha proseguido hasta el día
de hoy, incluyendo las erupciones de hace varios años correspondientes al
volcán Big Ben en la isla de Heard. Ese es el único volcán activo de Australia.
Una duración tan larga en una actividad eruptiva requiere
condiciones geológicas muy peculiares, tal como subraya Olierook. Después de la
ruptura parcial del antiguo supercontinente Gondwana, en los pedazos que ahora
se conocen como Australia, India y la Antártida, la meseta Kerguelen comenzó a
formarse encima de un penacho del manto en forma de hongo, así como a lo largo
de un sector de cordilleras submarinas volcánicas.
El vulcanismo duró tanto tiempo porque los magmas
causados por el penacho del manto fluyeron continuamente a través de esas
elevaciones del terreno, que sucesivamente actuaron como un canal, o una
"cinta transportadora de magma" durante más de 30 millones de años.
Otros volcanes dejan de entrar en erupción porque,
cuando las temperaturas bajan, los canales se obstruyen con magma "congelado".
En la meseta de Kerguelen, el penacho del manto actuó como un mechero Bunsen
que siguió permitiendo que el manto se derritiera, lo que resultó en un período
extraordinariamente largo de actividad eruptiva.
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